Cuando España se pone por delante 21-20, Gaudin aguanta a Francia. Luego, en la última jugada, ellos con uno menos, brazo levantado de pasivo y creo que todos podemos pensar que se la va a jugar Gaudin. Ahora es fácil decirlo y a todos los entrenadores nos tiene que valer para pensar: "Faltan nueve segundos, con uno más habría que hacer mixta a Gaudin y cinco jugadores disuadiendo y fuertes atrás". Bueno, si consideramos que tenemos que estar atrás, tendremos entonces que ser duros y hacer contacto con el tronco. Y sin pecar de exceso de agresividad para que los árbitros no piten penalti (ahora, en la última jugada, aunque sea en nueve o diez metros, pitan penalti). En efecto, Gaudin la tira y marca. Lo normal es que pudiéramos defender de cualquier manera pero defender.

Añado una observación: ¿qué pintan los observadores que se sitúan en las esquinas de las mesas y el que está un peldaño más arriba? Dos cobran para preocuparse especialmente de los entrenadores. No realizan su labor. El partido contra Eslovenia se ha revelado clave para España en el torneo y esos observadores no se preocuparon de que a falta de 30 segundos varios jugadores eslovenos se hubiesen encarado con el público. Ahí los de las alturas no dicen nada y que se coman el marrón los dos colegiados. Eso es roja directa. Es lo nuevo de nuestro balonmano y algunos no se van para casa. No saben cuáles son las situaciones entre los defensores de la zona central y los pivotes, y tampoco se enteran de la regla 8.1.

Sobre el desarrollo del encuentro, nada que reprochar a la designación de los árbitros argelinos, aunque fueron variando en su criterio cuando quisieron. En el minuto 5 los hombres de las alturas ya le habían enseñado tarjeta a Isidoro. España comenzó mal, con una defensa 5.1 muy floja. La defensa 6.0 permitió la remontada. En ataque los españoles se tiraban hasta las zapatillas. Para rentabilizar a Montoya en el pivote hay que buscar pases. Pero España consiguió llegar viva al descanso y fue Francia la que se bloqueó en ataque (4 goles en 17 minutos) y en defensa, donde cambió a 5.1. En ese movimiento de piezas, fue Isidoro el que acabó regresando también al 5.1 con un Mamadou que apenas había jugado en el avanzado.

El pase se perdió ante Eslovenia, una selección que pega hasta en el carnet de identidad. Luego en la revista de nuestra asociación de entrenadores mi amigo Ramón Gallego escribe un artículo sobre reglas nuevas, que creo que los árbitros todavía no han leído. Se acabó el Mundial para España. Queda rogar que en algunos partidos que no haya sangre entre seis y nueve metros.

Es una pena porque el Mundial iba a más. Nuestra provincia sabe organizar eventos. Enhorabuena a Bruno y su junta. Tenemos directivos y también grandes empresas que trabajan bien y con ilusión. El balonmano sigue y espero que As Travesas se llene en la final.