El británico Geraint Thomas, segundo clasificado de la general, restó importancia a las secuelas de la caída que sufrió en el kilómetro 50 de la etapa 16. "Se me ha quitado una costra, por lo que obviamente he sangrado. Tenía la mano en el manillar, las marchas saltaron, se atascaron y me caí", describió el galés, que busca revalidar el título logrado el año pasado. "Fue frustrante. Fue un accidente muy extraño", indicó. El ciclista del Ineos ha sufrido tres incidentes sin importancia. Se cayó el primer día en Bruselas; también se vio implicado en una caída en a etapa 8 camino de Saint-Etienne. En Nimes volvió a dar con sus huesos en el suelo.

El danés Jakob Fuglsang, jefe de filas del equipo Astana, tuvo en cambio que abandonar tras haber sufrido una caída a 27 kilómetros para la meta. No sufre fracturas pero sí importantes contusiones en el brazo, la pierna y la rodilla. Fuglsang era noveno de la general a 5.27 del líder.