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balonmano - Campeonato del Mundo Júnior Masculino

Isidoro Martínez: "Suplimos con mucha magia en ataque la falta de talla y peso"

"Francia y Portugal están un poco por encima del resto", valora ä "En momentos de igualdad el empuje de la afición nos favorecerá"

La Xunta patrocina el torneo con 18.000 euros - El secretario xeral para o Deporte, José Ramón Lete Lasa, firmó ayer con la vicepresidenta de la Federación Gallega de Balonmano, Alicia Montes, el patrocinio del Mundial. La Xunta aporta 18.000 euros. Dentro del convenio se regula la colaboración de la Xunta en el Open Master Coach, un curso en el que participan técnicos de élite como Roberto García Parrondo, Alberto Entrerríos y Rubén Garabaya. Fdv

La selección española júnior realizó su primera sesión preparatoria en Pontevedra. Debuta en el Campeonato del Mundo el martes, ante Estados Unidos. A Túnez, Serbia, Japón y Eslovenia, sus otros rivales en el Grupo A, se medirá en Vigo. El seleccionador, Isidoro Martínez, analiza el torneo.

- ¿Cómo se encuentra el equipo a cinco días del estreno?

- La última actividad en León ha sido larga. Los chicos estaban cansados. Pero hay que entenderlo. Todos están bien físicamente, sin lesiones. Se van cogiendo las ideas. Hay que mejorar el aspecto defensivo. Vamos a afinar en estos días.

- ¿Qué España se encontrarán los aficionados?

- Tenemos un juego muy dinámico, fluido. En ataque son jugadores muy creativos. No tenemos demasiada envergadura. Nos faltan talla y peso. Lo suplimos con movilidad y sobre todo mucha magia en ataque. En defensa también hay que suplir las carencias antropométricas con inteligencia, táctica y orden colectivo. Esta España hace un juego vistoso para el espectador.

- ¿Se mantiene, por tanto, la escuela del balonmano español?

- Sí. Tenemos una grandísima ventaja respecto a otros países y es que en España se entrena muy bien a balonmano. El buen trabajo colectivo redunda en que los jugadores se adapten con rapidez a jugar de una manera concreta.

- Pontevedra y Vigo acogieron un Mundial Júnior en 1989. Aquella generación, que perdió la final contra la URSS de Dujshebaev, cambió la historia del balonmano español.

- La generación del 68, año en que también nací yo? Lo que pasa es que yo no era tan bueno. Ese Mundial fue el punto de inflexión. De aquella promoción salieron los Garralda, Masip, Urgandarín, Marín? Luego ya empezaron las ayudas al deporte olímpico por parte del CSD. El balonmano dio una subida importante en calidad. Estamos en otra época. En el ejercicio 2016-2017 España ocupaba el segundo lugar en el ranking mundial en el área masculina, en base a los puestos absoluto, júnior y juvenil. Estamos arriba. El balonmano masculino está muy saneado y hay futuro. Los jugadores que vienen a este campeonato en breve podrán vestir la camiseta del equipo nacional absoluto si siguen su progresión.

- España defiende el título mundial de hace dos años. Y es anfitriona. ¿Cómo gestionan los chicos esta responsabilidad?

- Eso nunca es presión, sino algo positivo. Somos los actuales campeones, pero los chicos saben que el dato le corresponde a la promoción anterior. El grupo actual fue segundo hace dos años en el Mundial Juvenil, un puesto excelente. El año pasado fuimos quintos en el Europeo, haciendo muy buen campeonato. Hay que tener inspiración en los partidos claves. Un gol marca la diferencia. Hay muchísima igualdad. De nada vale la historia. Jugar en casa es una suerte. En momentos de igualdad el empuje de la afición, y en Galicia hay muchísima, irá a nuestro favor.

- Han ganado un torneo a Alemania, Francia y Suiza. Han derrotaron en dos amistosos a Túnez. ¿Indicativo de algo?

- Indicativo de mucho. En el Airport Trophy empatamos con Alemania, una selección excelente. Hemos ganado por uno a Francia. Dos o tres jugadores importantes suyos no participaron, pero nunca se le había ganado. Los hemos hecho humanos. Se confirma que es una promoción en la que todos están muy igualados. Hay seis o siete equipos de nivel parecido. Probablemente Francia y Portugal estén un poco por encima, pero a ambos les hemos ganado ya.

- ¿Con Eslovenia deberían jugarse el primer puesto del grupo?

- Es la actual campeona de Europa, con un gran potencial. También Dinamarca y Alemania están a gran nivel. No hay que olvidarse de serbios, croatas y alguno más que pueda aparecer. Nos costó ganar a Túnez. Habrá que plantear cada partido con mucha prudencia.

- Se habla mucho de Tarrafeta. ¿Merece el protagonismo?

- El juego no se basa solo en él. Es de los que menos minutos ha tenido en la preparación y el equipo ha rendido a la perfección. Hay jugadores suficientes en la primera línea y todos pueden aportar. Evidentemente Tarrafeta es uno de los mejores jugadores de esta promoción a nivel mundial y ya importante en Asobal. Pero como él hay otros, en otros puestos.

- No hay gallegos en su lista. ¿Síntoma o simple casualidad?

- Es una cuestión de casualidad, de promociones. Este año coinciden más jugadores de Granollers, por ejemplo, y en anteriores años hubo del Ademar o del Barcelona. Gallegos suele haber en casi todas las promociones. En la de los dos oros teníamos a Xoán Ledo y Rubén Río. Ha coincidido que este año no. Una lástima, hubiera sido bonito al jugarse en su casa. Pero es el equipo nacional y la afición de Galicia vendrá a apoyarnos de manera incondicional.

- La cantera española produce relevos. Pero muchos tendrán que emigrar. ¿Cómo encaran el futuro profesional?

- Estos chicos son bastante inteligentes. Yo también me dedico a la docencia universitaria. Trato de hacerles entender que no es solo por el bajón económico del balonmano español; tienen que aprender a conciliar su vida deportiva con su vida académica y personal. Son perfectamente compatibles. Ningún deporte, ni siquiera el fútbol, se debería plantear como una opción única. Tienen tiempo suficiente. Si no hace un grado en cuatro años, que le dediquen alguno más a formarse en algo. Y que a los treinta y pico años, cuando se retiren, puedan tener un futuro laboral estable. Ahora casi todos, excepto uno o dos en cada promoción, estudian algo. Esto también les ayuda a formarse como personas.

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