La pena a estas alturas es que la vena cinéfila de Antoine Griezmann no le haya empujado a llevar su salida del Atlético de Madrid a la pantalla. Una continuación del previsible y pomposo documental con el que anunció hace un año su continuidad con los colchoneros. El thriller tendría sus dosis de emoción, traiciones, celos y despilfarro. En Moneyball, película que aúna béisbol, estadística y fichajes, los Oakland Athletics siguen una máxima: "No se trata de comprar jugadores, sino de comprar victorias". El Barça ve el camino al éxito sacando el talonario, pero se ha encontrado con la oposición firme de un Atlético dispuesto a desterrar su complejo de inferioridad en los despachos. Antoine Griezmann desata una guerra de millones que parece que tendrá continuidad. El argumento tiene base para un buen documental.
El principal punto de disputa está en los tiempos de la operación. Los abogados del delantero francés abonaron ayer los 120 millones de euros en los que, desde el 1 de julio, se ha cifrado la cláusula de rescisión del delantero. El precio de su libertad.
El Barça se agarra a la literalidad de la norma, pero los colchoneros apelan al espíritu de la misma. "El Atlético de Madrid considera que la cantidad depositada es insuficiente para hacer frente a su cláusula de rescisión, puesto que es obvio que el compromiso del jugador y del Barcelona se cerró antes de que la citada cláusula se redujera de 200 a 120 millones de euros", explicó el conjunto colchonero ayer en un comunicado. "También fue anterior a la fecha en la que se produjo la modificación de la cláusula la comunicación que el jugador realizó el 14 de mayo anunciando su desvinculación del club", argumentan desde los servicios legales de la entidad rojiblanca.
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El quinto fichaje más caro
En todo caso, los 120 millones de euros sitúan a Griezmann en el top 5 de fichajes más caros de la historia del fútbol. Neymar mantiene el estatus de traspaso más costoso, con los 222 millones de euros que el PSG abonó al Barça por su fichaje en el verano de 2017. Le siguen Mbappe (180 millones del PSG al Mónaco), Joao Félix (127,1 millones del Atlético al Benfica) y Coutinho (120 millones, más otros posibles 40 en variables, del Barça al Liverpool).
Consumado el traspaso, queda la sensación de que nadie ha quedado del todo convencido con el movimiento. Que quedan más dudas que certezas todavía por despejar a lo largo del verano. Al Atlético la salida del francés le sitúa en la obligación de reconstruir el proyecto, aunque el mercado no se lo pone fácil. No es sencillo salir a comprar cuando todo el mundo sabe que en tu cartera rebosan los billetes. De ahí el pago de 127,1 millones de euros por una promesa como Joao Félix. Al Barça, la tormenta le ha sorprendido en pleno culebrón Neymar, que parece desatar más pasiones en el Camp Nou que el galo. Contratar a las dos figuras solo sería posible con malabares financieros.
El que sí parece salir satisfecho con el desenlace es el propio Antoine Griezmann, que tienen ante sí la ocasión requerida para dar un paso más al frente en el panorama futbolístico internacional. Siempre que los focos del exigente Camp Nou no le deslumbren. El galo tendrá ahora la oportunidad de sentarse a comer, literalmente, en la misma mesa que Messi. Queda por comprobar ahora si también lo puede hacer con la pelota.
