El holandés Max Verstappen (Red Bull) repitió su victoria del año pasado en el Gran Premio de Austria, el noveno del Mundial de Fórmula Uno, en el que le arrebató, tras un emocionante final, el triunfo al monegasco Charles Leclerc (Ferrari), al que rebasó, en una polémica acción, a falta de dos vueltas para el final. Los comisarios, tras estudiar la acción durante dos horas, decidieron mantener el resultado.

Verstappen, de 21 años, logró su sexta victoria en F1 en el circuito propiedad de su escudería, el Red Bull Ring de Spielberg (Estiria). Al mismo tiempo, chafó la posibilidad de que Leclerc, de idéntica edad y que había arrancado desde la 'pole', festejase su primer triunfo en la categoría reina; el día que Austria homenajeó a su mito, el triple campeón mundial Niki Lauda, fallecido el 20 de mayo a los 70 años.

La principal noticia fue que, por primera vez en lo que va de año, no ganó un Mercedes. Lewis Hamilton fue quinto en Spielberg, justo por detrás de Sebastian Vettel (Ferrari), en una prueba que su compañero finlandés Valtteri Bottas concluyó tercero. Y en la que Carlos Sainz (McLaren), que tuvo que salir desde el fondo al sustituir motor y caja de cambios, protagonizó la remontada del día, al acabar octavo una carrera en la que todos, menos Vettel, fueron a una parada.

Hamilton, que declaró tras la carrera que "no todos los fines de semana pueden ser perfectos" llegará líder holgado a 'su' Gran Premio, el de Gran Bretaña, en Silverstone, dentro de dos semanas: con 197 puntos, 31 más que Bottas.

Leclerc no pudo ponerle la guinda a un fin de semana brillante y, después de liderar prácticamente toda la carrera, se quedó -al igual que sucediera en abril en Bahrein- a las puertas de su primer triunfo. El monegasco salió bien, al contrario que Max, que lo acompañaba desde la primera fila, en la que se quedó casi clavado y perdió seis puestos de una tacada.

Leclerc y su compañero Vettel -noveno en parrilla después de no haber podido salir, por un problema en el motor en la Q3- habían optado por salir con el neumático blando, al contrario que los Mercedes y los Red Bull, que lo hicieron con medio. La elección del compuesto le acabó dando la razón a Verstappen. Fue el que más tardó en parar (en la trigésima primera de las 71 vueltas que se dieron a la pista, de 4.318 metros), para poner el compuesto más duro de todos, que gastó menos que Leclerc; y que le sirvió para enmendar su mala salida y festejar el triunfo.

Bottas y Vettel fueron los primeros en parar, pasando a duras en la 21; y Leclerc hizo lo propio un giro más tarde. Momentos en los que pasó a liderar, provisionalmente, la prueba Hamilton, que se propuso tirar a fondo. El excéntrico y espectacular campeón británico apretó todo lo que pudo, pero acabó dañando la parte izquierda de su alerón delantero; y tuvo que entrar en la 30 para sustituir no sólo sus ruedas, sino el morro de su Mercedes.

Con el inglés fuera de combate, Verstappen comenzó a volar. Se zampó a Vettel en la 50, a Bottas en la 56 y comenzó a presionar a Leclerc después de firmar la vuelta rápida en carrera en la 60. Finalmente, arrebató el primer puesto a la joven estrella monegasca en el antepenúltimo giro de la carrera, para mayor alegría de los 20.000 holandeses presentes en el Red Bull Ring.

Pero la carrera no concluyó con la bandera a cuadros. Los comisarios sometieron a investigación el adelantamiento decisivo. Después de revisar varias veces la acción y tras reunirse con ambos implicados, por separado, los comisarios mantuvieron la victoria de Verstappen.