La selección española dio un paso de gigante hacia los cuartos de final del Eurobasket de Letonia y Serbia, tras encadenar su segunda victoria consecutiva en el torneo ante Gran Bretaña (67-59).

Un sufrido triunfo en el que jugó un papel fundamental la pívot Astou Ndour, máxima anotadora del partido con 23 puntos, que asumió todo el protagonismo ofensivo en un conjunto español lastrado por las pérdidas de balón y el desacierto ofensivo. Esta circunstancia condenó a las de Lucas Mondelo a sufrir un auténtico suplicio del que ni el excelente partido de Ndour logró rescatarlas.

De hecho, España llegó a menos de dos minutos para la finalización con el marcador igualado (57-57), tras desperdiciar una máxima renta de nueve puntos (55-46), empeñado como estuvo durante todo el partido el conjunto español en encadenar un fallo tras otro.

Sin Astou Ndour sobre la pista, tras tener que ser sustituida de urgencias a cinco minutos de la finalización tras cometer su cuarta falta personal, y sin noticias en ataque de Marta Xargay y Laia Palau, España permitió creer a Gran Bretaña en la remontada.

Un sueño que pareció convertirse en realidad con la irrupción en el partido de la hasta entonces desaparecida Johannah Leedham, que con siete puntos casi consecutivos permitió a Gran Bretaña a igualar la contienda (57-57) a 1:57 minutos para la conclusión.

Marcador que obligó a pedir con urgencia un tiempo muerto al seleccionador español, que devolvió inmediatamente a la pista a Ndour para tratar de frenar la remontada del conjunto británico, que dirige el exseleccionador español Chema Buceta.

Pero no sería Ndour la responsable de llevar al triunfo al conjunto español, ni Palau, ni Xargay, ni ninguno de los habituales nombres propios del equipo español, sino dos habituales secundarias como Cristina Ouviña y Silvia Domínguez.