El Trasnos Béisbol Club ha regresado este fin de semana de Cambre, donde se impuso por tres carreras a ocho ante el segundo clasificado de la categoría, con el título de campeón de la Liga Noroeste de Primera División Nacional y con el billete para la fase de ascenso a la máxima categoría cuando aún faltan dos jornadas para finalizar el campeonato.
Las circunstancias en las que compite el club vigués convierten este logro en una gesta difícil de entender. Hasta última hora la directiva meditó su decisión de anotarse este año en la categoría ante la insostenible situación de carecer de un campo propio que le obligaba a disputar sus partidos como local en otros campos. Este año, sin ir más lejos, tuvieron que hacerlo en Oviedo, ante la falta de disponibilidad de las instalaciones de Santiago o A Coruña. Una situación que, además, provocó la desaparición de un club histórico como el Halcones.
Finalmente, tras sopesar pros y contras, salieron a competir, siempre con la ambición de aspirar a todo pese a su situación. Contrataron a un nuevo entrenador, el venezolano Andrés Espinoza, que cuando llegó a Vigo confesó encontrarse con una situación "insólita" que jamás se había encontrado en toda su carrera deportiva.
"Nos hemos ganado el billete directo, como campeones de la Liga Noroeste, para la fase de ascenso a División de Honor", apunta el presidente, Fernando Rodríguez. A esta fase, que será en noviembre en Valencia, ya habían tenido que renunciar hace un par de años ante la insostenible situación que vive el club. "Esta será la primera vez que vamos a disputar la fase de ascenso", apunta Rodríguez. Es, por tanto, la primera ocasión del club de alcanzar la máxima categoría.
"Ha sido una temporada muy complicada con viajes de hasta cinco horas y media todos los fines de semana", relata el dirigente ante la ausencia de un campo en Vigo "donde poder jugar y entrenar". Una situación que es única en todo el país. "Estuvimos hasta última hora buscando un campo donde poder jugar. El año pasado el Leones de Santiago nos dejó jugar en su campo, pero este año contaban con un equipo más y no había posibilidad". El exilio les llevó a Oviedo y la gesta lograda en Cambre hace que el presidente asegure que todo el esfuerzo ha valido la pena.
"De los 38 equipos que juegan la Liga Nacional somos el único que no tiene campo", prosigue. Pese a todo, "desde el primer momento nuestro objetivo era intentar ascender", reconoce. "Tenemos un grupo de jugadores que lleva desde los diez años con nosotros y este año estábamos suficientemente preparados por lo menos para pelear por clasificarnos para la fase. Ha sido un año brillante a todos los niveles, espectacular, de todos los chicos y del entrenador", dice casi emocionado.
El club contactó con Espinoza, que el año pasado estuvo en la liga italiana, al enterarse de que trasladaría su residencia a Pontevedra. "Le propusimos que trabajara con nosotros y cuando llegó a Vigo el shock fue brutal", reconoce Fernández, que tuvo que explicarle que el club llevaba ya dos años jugando en Liga Nacional sin tener campo.
Con el billete para Valencia en el bolsillo, haber firmado una temporada tan sobresaliente pese a la ausencia de campo obedece según el dirigente al "trabajo". "Hay semanas de cuatro días de entrenamiento, algo que solamente hacen los equipos de División de Honor", puntualiza. "La carga de trabajo es brutal", añade el dirigente de un equipo que entrena en las instalaciones del Colegio Marcote.
"Es un equipo muy joven, con una media de edad de 21-22 años, de los cuales el 90 por ciento son de la casa", subraya Fernando Rodríguez. "Tan solo tenemos seis jugadores que no han nacido en Vigo", puntualiza.
El club cuenta además con una prolífica cantera, logrando varios títulos autonómicos en las categorías de base. "Tenemos unas cien fichas", dice el presidente, que sin embargo subraya la dificultad de mantener la ilusión de los jugadores ante la situación. "Hemos perdido fichas estos dos últimos años porque hay niños que están en la selección española y aquí, entrenando en unas condiciones que no son las idóneas, no ven un futuro claro. Acaban dejándolo o marchándose fuera", confiesa.
"Lo que ahora nos gratifica es que los chicos van a tener la oportunidad de medirse a mejores equipos", dice sobre la fase de ascenso. Lo que pase en el futuro es, por desgracia, una incógnita.
