Un golazo de Yelco Alfaya en el descuento permite al Alondras maquillar su derrota ante el Portugalete (1-2) en la ida de la segunda eliminatoria de la fase de ascenso a Segunda División B y llegar vivo al duelo de vuelta, que se disputará el próximo domingo en tierras vascas. El extremo morracense enganchó un balón dentro del área en el minuto 95 para convertirlo en una maravillosa volea que da esperanzas a los suyos tras un encuentro bastante discreto. Y es que el conjunto de Antonio Fernández distó mucho de ser el equipo dominador y brillante que se vio ante el Mensajero para estrellarse ante la solidez de un cuadro vasco que expuso sobre el terreno de juego los argumentos que lo llevaron a ser campeón de su grupo.

La confrontación de estilos que se preveía sobre el césped cangués se reflejó ya en los primeros minutos del choque. El Alondras buscaba hacerse protagonista con el balón, raseando la bola y a sus futbolistas ofensivos, pero fracasó en una empresa en la que echó mucho de menos a Iván Pérez, el auténtico cirujano encargado de coser el juego rojiblanco entre líneas. Los locales no encontraron nunca su ritmo. En ocasiones ralentizaron en exceso la circulación de balón ante un rival que presionaba con mucho criterio y en otras se aceleraron, tratando de encontrar a sus puntas por la vía rápida sin acierto.

El Portugalete fue capaz de llevar el partido a su terreno, y ahí fundamentó su triunfo. No se complicó nunca en defensa, enviando balones en largo para que los peleasen sus atacantes, y fue capaz de tejer una tela de araña de la que los alondristas no podían salir. El choque se disputaba en el plano físico, y ahí la ventaja era claramente para los hombres que entrena Ezequiel Loza.

Con todo, el choque transcurría de forma muy plana, sin aproximaciones y mucho menos sin ocasiones manifiestas de gol. La diferencia entre ambos era una cuestión de sensaciones, de la comodidad en la que parecían manejarse los vascos, batallando y ganando duelos individuales, a la desesperación que por momentos parecía adueñarse de los locales, incapaces de darle continuidad a su juego. Hubo que esperar al minuto 41 para encontrar una acción reseñable. El Portugalete robó un balón en mediocampo para filtrarlo a Bonilla, que, apretado por la defensa local disparó, encontrándose con Nucho. Fue un aviso a lo que vendría poco después. En una acción por banda izquierda con centro al área el propio Bonilla encontró esta vez las mallas, al aprovechar un despeje bajo palos de Agujetas tras un primer remate de otro futbolista vasco. Era el 0-1 en un minuto psicológico, el 45.

El panorama no varió un ápice en el segundo tiempo. Los alondristas lo intentaban, pero se mostraban muy imprecisos e incapaces de cambiarle el aspecto al partido. El Portugalete tenía el duelo aún más donde quería y jugaba con el tiempo, sin miedo a cortar el juego, viendo transcurrir los minutos. Pablo García metió un buen centro en el minuto 62, Jonás peinó y Álex Rey no llegó por poco. Pero del aviso local se pasó a un nuevo golpe visitante. Arbeloa, quizás el hombre de más calidad de los vascos, centró al segundo palo y Bonilla, sin oposición, convertía el 0-2 a bocajarro ante Nucho.

Cambios para agitar

Österholm y Mauro entraron para agitar el encuentro, pero sin éxito. Artabe protagonizó una buena acción con un pase de la muerte que no encontró rematador y Arbeloa estrelló una falta en el larguero tras rozarla con los guantes Nucho. El Portugalete parecía más cerca de sentenciar que el Alondras de meterse en el choque. Y de hecho hubo que esperar al tiempo de descuento para que pasasen cosas. Primero fue Yahvé el que envió una falta peligrosa a córner tras pegar ligeramente en la barrera. En ese saque de esquina el balón llegó al segundo palo a Aitor Díaz que, en buena posición, envió el balón fuera en la mejor oportunidad de los cangueses hasta ese momento.

Y sería nuevamente en un saque de esquina cuando el Alondras encontrase el premio buscado. Yahvé botó el balón, Jonás metió el cuerpo con uno de los centrales, Aitor Díaz prolongó y Yelco Alfaya se inventó un remate de volea dentro del área totalmente imposible para Mediavilla. Era el definitivo 1-2, en otro gol psicológico que da un poco de aire al Alondras y que deja la eliminatoria un poco más abierta, aunque igualmente complicada para la escuadra de Antonio Fernández.