El Consejo directivo de la IAAF, reunido en Mónaco, aprobó ayer mantener la suspensión a la Federación Rusa, que permanece inalterable desde noviembre de 2015 a consecuencia del dopaje sistemático llevado a cabo con ayuda estatal.

El pasado 1 de junio, la Federación Rusa de Atletismo (FRA) anunció que había saldado ya su deuda de 3,2 millones de dólares con la IAAF, una de las condiciones para su readmisión, por lo que su presidente, Dmitri Shliajtin confiaba en un levantamiento de la suspensión en esta reunión de Montecarlo.

Esa deuda se desglosaba en 1,5 millones en costas judiciales del Tribunal de Arbitraje Deportivo, 1 millón en los gastos de los grupos de trabajo de la IAAF para readmitir a la federación rusa y otros asuntos menores.

La otra condición que debe cumplir Rusia para ser readmitida en las competiciones internacionales es el acceso al Laboratorio de Moscú, algo que ocurrió en enero pasado, y la revisión de dichas pruebas, proceso que concluirá el 31 de junio.

Shliajtin y destacados atletas rusos como el campeón mundial y europeo de 110 metros vallas, Serguéi Shubenkov, confían en que en los Mundiales al aire libre de Doha, a finales de septiembre, los atletas rusos ya podrán vestir el uniforme ruso.

Además, el Consejo Directivo de la IAAF aprobó ayer el cambio de nombre de la organización para llamarse a partir de octubre próximo World Athletics (Atletismo Mundial), y también un nuevo logotipo.