Portugal se alzó como primer campeón de la Liga de Naciones sin necesidad de recurrir a su capitán y máxima estrella, Cristiano Ronaldo. No pudo ser en la Eurocopa de Francia, y tampoco en la Liga de Naciones. Ronaldo se queda sin gol decisivo en una final y las "quinas" refuerzan la idea de que el talento del conjunto les basta para brillar, en este caso de la mano de Gonçalo Guedes, autor del único tanto.

Portugal salió con una clara intención ofensiva, representado en la delantera por Berardo, Guedes y Ronaldo, ávido de gol y gloria, frente a Holanda, que perseguía demostrar que, tras años de ausencia, volvía a tener hueco entre la élite internacional del fútbol.

Después de tres llegadas a medio gas en el arranque, empezaron a llegar los avisos serios de los lusos a Cillessen, a quien puso en aprietos Bruno Fernandes con un tiro que cabeceó William Carvalho.

La mejor opción de los lusos en la primera parte, sin embargo, la tuvo su capitán, que en el minuto 31 mandó un cabezazo que atrapó el portero orange y que además fue pitado como fuera de juego.

Un contratiempo que, además de permitir ver a Cristiano lamentarse uniendo los dedos hacia arriba en un claro deje italiano, indicaba que la presión empezaba a aumentar para los holandeses, muy agrupados en defensa. Apenas un remate firmaron contra los once que consiguieron los lusos.

Pero ese peligro portugués era apenas presión. Los de Fernando Santos se diluyeron en un festival de disparos a puerta sin afinar en los restantes minutos antes del descanso, del que salieron impacientes.

Con los disparos incrementándose y Cristiano cabeceando desesperado ante la falta de tino, Guedes selló el ansiado gol en el minuto 60, un disparo al lateral de la portería que Cillessen no pudo frenar.

La salida del autor del gol luso en el minuto 75 por Rafa Silva, imprimió algo más de velocidad a la llegada de los portugueses, aunque no mejoró la puntería. Mientras, el cuadro orange luchaba por conseguir contras y vencer la barrera de Patrício, que en más de una ocasión pareció infranqueable.

El partido solo se tensó en el minuto 83, cuando los holandeses reclamaron un penalti que el colegiado no vio. Mientras, Cristiano seguía intentándolo. Su nueva mejor ocasión llegó en un tiro de falta, pero el disparo le salió torcido.