Felipe Miñambres afronta su cuarta temporada al frente de la dirección deportiva del Celta con la obligación de acertar después de dos temporadas en la que el rendimiento del equipo vigués ha estado muy por debajo de las expectativas y los refuerzos que han llegado a Balaídos no han acabado de funcionar del todo. La gestión del ejecutivo astorgano al frente de la política de fichajes celeste en los últimos tres años ha alternado luces y sombras, combinando sonados aciertos y rotundos fracasos con operaciones de futbolistas que han cubierto el expediente y jugadores que han pasado sin pena ni gloria por el equipo.

Desde que relevó a Miguel Torrecilla en el verano de 2016, Felipe Miñambres ha formalizado una quincena de fichajes estivales con una inversión que ronda los 60 millones de euros (59,8) en jugdaores que, en su mayor parte, continúan en nómina.

De los futbolistas adquiridos en su etapa, de hecho, el Celta solo ha revendido a Álvaro Lemos y José Naranjo, recuperando apenas la inversión desembolsada. Este verano, sin embargo, va a traspasar, como poco, a Maxi Gómez (hasta el momento su mayor acierto), que va a pulverizar el récord de ventas establecido en 18 millones por Nolito en 2016. Pero más que obtener réditos por ventas, el Celta persigue acertar con las compras y Miñambres, que afronta su último año de contrato, se juega mucho.

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temporada 2016-17

temporada 2016-17El primer verano de Felipe Miñambres al frente de la dirección deportiva del Celta fue también el más austero en fichajes con una inversión de apenas 6,3 millones de euros en la contratación de cinco futbolistas que ofrecieron muy dispar rendimiento.

El mayor desembolso se realizó en la contratación del danés Pione Sisto, una de las grandes promesas del fútbol escandinavo a quien ya se había intentado fichar sin éxito el verano anterior. Sisto no tardó en justificar los 5 millones pagados por traspaso con un prometedor rendimiento en su primer año en Vigo. El danés disputó 43 partidos en tres competiciones a gran nivel y aportó seis goles (3 en Liga, 2 en Europa League y otro en la Copa) que le convirtieron en uno los protagonistas de una gran temporada.

El rendimiento de Sisto no disminuyó en su segundo año, en el que anotó 5 tantos y fue el máximo asistente del equipo con nueve pases de gol, pero cayó en picado este último curso, en el que el jugador ha atravesado serios problemas psicológicos y ha incurrido en peligrosos hábitos de salud.

El otro gran fichaje de la temporada fue Facundo Roncaglia, que llegó libre de la Fiorentina y ha sido uno de los pesos pesados de la defensa hasta que forzó su cesión al Valencia en enero pasado. Sus números lo avalan: 83 partidos (6.603 minutos) en dos temporadas y media a buen nivel en las que aportó además tres goles y una asistencia.

El reverso tenebroso de Sisto y Roncaglia lo constituyen Giuseppe Rossi, Álvaro Lemos y José Naranjo. El italiano llegó cedido de la Fiorentina en el declive de su carrera y tuvo una contribución muy secundaria (aunque se las arregló para anotar 6 goles) hasta que una lesión (la enésima de su carrera) prácticamente le obligó a colgar las botas.

Lemos y Naranjo fueron jugadores residuales y no tardaron en ser revendidos, el onubense fue traspasado al Genk a los seis meses de llegar sin haberse estrenado con el Celta en Primera y el santiagués jugó apenas 720 minutos antes de se cedido al año siguiente al Lugo y luego vendido a Las Palmas.

temporada 2017-18

temporada 2017-18La austeridad en los fichajes del primer año contrastó con la abundancia en el gasto del segundo año, con un desembolso de 26 millones de euros, el mayor de la historia del club, en contrataciones.

El internacional eslovaco Stanislav Lobotka (5 millones) y un jovencísimo delantero centro uruguayo llamado Maxi Gómez (4 millones por el 80 por ciento de pase) constituyeron grandes aciertos, especialmente el delantero charrúa, que ha anotado 31 goles en dos temporadas batiendo récords de precocidad en la LaLiga y va a reportar un beneficio récord al club tras dos temporadas magníficas.

Peso pesado en la selección eslovaca, Lobotka ha acrecentado también muy considerablemente su valoración de mercado con su rendimiento en el Celta, llamando la atención de importantes clubes del continente. Aunque su rendimiento en el segundo año ha sido inferior que en el primero, el centroeuropeo se mantiene como uno de los hombres más importantes del equipo, amén de una gran expectativa de negocio.

La mayor decepción de la etapa de Miñambres lleva el nombre de Emre Mor, el segundo fichaje más caro de las historia del Celta (13 millones) y el más alto de la era Mouriño. El ingente talento del joven atacante turco-danés se ha visto reducido a la mínima expresión por su mala cabeza, convirtiendo sus dos primeros años en el Celta en un estrepitoso fracaso. Sus números los confirman: 1.408 minutos en 39 partidos, la mayoría como suplente, un solo gol y apenas tres asistencias.

En el término medio entre Lobotka y Mor está Jozabed Sánchez, que fue fichado en propiedad avalado por su buen desempeño el curso anterior, cuando llegó cedido por el Fullham en el mercado de invierno. Tras esta buena primera campaña a préstamo, su rendimiento, ya en propiedad, ha decrecido claramente.

temporada 2018-19

temporada 2018-19Las dificultades del equipo para mantener la categoría se atribuyen en buena medida a una mala planificación deportiva, con incorporaciones que no han proporcionado equilibrio a la plantilla y alguna contratación decepcionante para la inversión realizada, que superó en un millón la del verano anterior estableciendo un nuevo récord (27,5 millones).

Okay y Néstor Araújo han cumplido, especialmente el pivote turco, que ha sido uno de los mejores del plantel el pasado curso y ha justificado sobradamente los 6 millones que costó su fichaje. El mexicano ha ido de menoa a más y ha acabado con buen nivel la temporada, aunque los 8 millones (el defensa más caro de la historia) que ha costado deslucen un tanto su año.

También ha gustado Fran Beltrán, un chico sumamente prometedor y de gran talento, que ha mostrado buenos modos, desparpajo e implicación aunque ha acabado como suplente. Los 8,5 millones que costó su cláusula se ven no obstante como una muy buena inversión.

Sofiane Boufal y David Juncá llegaron en cambio sin coste, el marroquí cedido por el Southampton y el catalán tras concluir contrato con el Eibar. Boufal, puro desequilibrio pero bastante más efectista que efectivo, aprueba raspado; Juncá, uno de los más criticados por su fragilidad defensiva, suspende.