Un cuarto de siglo atrás, una tripulación íntegramente española, con proyecto gallego en idea, desarrollo y también en regatistas (siete de los dieciséis miembros lo eran), desafió al mundo de la vela y se salió con la suya. Muchos los recordarán: el vigués Javier de la Gándara a la caña, el coruñés Chuny Bermúdez de Castro (primero timonel, luego guardia), los vigueses Jaime Arbones (proa), Marcos Iglesias, Juan Zarauza (bañera) y Ñaco Eraso (maniobra y máquina), los barceloneses Jan Santana (caña), Joan Vila (navegante), Guillermo Altadill y Nando Muñoz, los santanderinos José María "Pichu" Torcida (caña) y Toño Piris (caña), el gaditano Víctor Unzueta (bañera), el baionés Carlos Sampedro (médico), el alicantino Paco Fernández (médico) y el malagueño Santi Portillo (coordinador de velas).

"De todas las vueltas al mundo que he hecho es la que mejor recuerdo tengo, por ser mi primera vez, por ser un equipo español, gallego. Éramos un equipo de amigos y nos ayudábamos en todo. Hombre, en los equipos pasa eso, pero en aquel quizás más porque menos Javier y Jan Santana, los demás la hacíamos por primera vez y ya en aquella época era una gran competición. Y el resultado fue muy bueno". Así se expresa Roberto Bermúdez de Castro (A Coruña, 1970), "Chuny", quien con 23 años fue el más joven tripulante en aquella aventura transoceánica y ahora el español con más Vueltas al Mundo a sus espaldas (siete), amén de ser el primer gallego en conquistarla (con el "Abu Dhabi", VOR 2014-15), que no el primer español (Joan Vila, "Illbruck", edición 2001-02).

La Federación Gallega de Vela, presidida por Francisco Quiroga ya manejaba una idea que la coronaría al frente de la vela nacional. Con patrocinio de la Xunta y de Pescanova y un presupuesto de unos 400 millones de pesetas de aquel entonces, se lanzó a domar los mares. El barco, construido íntegramente en los vigueses Astilleros Armada, costaría 140 millones de pesetas (840.000 euros).

"Nos acusaron de locos", reconoció Javier de la Gándara (Vigo, 1959) hace escasas fechas, en el homenaje oficial de la Real Federación Gallega de Vela a los gallegos de aquella tripulación. "Se inició con un grupo con mucha ilusión, con mucho trabajo y con gente conocida, y se consiguieron esos éxitos, pero era otra época", sostuvo.

Lo cierto es que conquistar en tiempo real la Fastnet Race -obligatoria en aquel momento para correr la Whitbread- y la Vuelta a Europa (Open UAP de la Communauté Européenne, la denominación oficial) lanzó a De la Gándara y a su tripulación en un evento en el que participaban leyendas como Dennis Conner o Chris Dickson.

De la Gándara buceaba en su memoria: "En aquella época era bastante duro". Pero los resultados de aquel barco y tripulación les hicieron ganarse dos motes, "Caballo negro", porque sin partir de salida como favorito en las apuestas los expertos pensaban que sí podía serlo, y "Pez volador", "porque corría mucho", recuerda el patrón vigués.

Y sí, eran otros tiempos. "Hace 25 años la previsión meteorológica era más complicada", apunta Bermúdez de Castro. "Había que hacerla no manual pero casi. Era más precaria y era más difícil, te metías en más líos. Hoy en día, con una previsión tan buena, te anticipas a lo que pueda venir. En los mares del Sur, con una baja presión, era muy complicado. Y así nos pasó: la peor galerna que cogí fue en el "Pescanova", con 76-78 nudos, y sobreviviendo en el Índico Sur. Hoy en día lo tienes que hacer muy mal para que te pase", explica "Chuny", que ha vivido, además de la del "Galicia 93", todas las citas de este siglo (de la octava a la decimotercera, enrolado en el "Assa Abloy", "Brasil 1" -con salida desde Vigo-, "Team Delta Lloyd", "Camper with Emirates Team new Zealand", "Abu Dhabi" y "Team Vestas").

Con las mismas seis etapas de la edición 89-90 (Southampton-Punta del Este, Punta del Este-Fremantle, Fremantle-Auckland, Auckland-Punta del Este, Punta del Este-Fort Lauderdale y Fort Lauderdale-Southampton) y pivotando sobre la localidad uruguaya (uno de los cuatro maxis era el "Uruguay Natural"), el barco gallego firmó la tercera posición final entre los WOR 60, el diseño decidido cuatro años atrás para que la competición tuviese dos categorías. Y De la Gándara asustó a los otros nueve rivales con un segundo puesto en la primera etapa. Pero luego "tuvimos problemillas". Definición de De la Gándara, con la parquedad de palabras que le caracteriza, al referirse a la deslaminación en el casco antes de la isla Eduardo en el Índico, en la segunda etapa. Perdieron horas y gran parte de sus opciones. En aquel momento nada se supo: "Hoy hubiese sido una noticia, pero había que ocultarlo porque la regata se corría por tiempo".

Finalmente el "Galicia" haría un tercero en la penúltima etapa y desde ahí supo amarrar el podio para concluir en 122 días, 6 horas, 12 minutos y 23 segundos, por detrás de "Yamaha" (Ross Field, Japón/Nueva Zelanda), con 120 días, 14 horas y 55 minutos y del "Intrum Justitia" (Roger Nilson/Lawrie Smith), con bandera de Europa (121 días, 5 horas, 26 minutos y 26 segundos). La prueba había comenzado el 25 de septiembre de 1993, sábado, con nueve WOR 60 (el "Odessa" se uniría con posterioridad) y cinco maxis, entre ellos el español "Fortuna", que se retiró a los cuatro días. Un mayor número de unidades respecto a la última edición.

En las Bodas de Plata, la Gallega no ha querido olvidarse de sus héroes de leyenda. Este año Manuel Villaverde, presidente federativo, ha decidido que las licencias autonómicas llevan la fotografía sobreimpresionada del barco, mientras que a los campeones de Galicia 2019 se les entrega un trofeo que representa el corte longitudinal del casco. "El Galicia 93 representó hace un cuarto de siglo la demostración palpable de que una tripulación española y con numerosos gallegos, podía competir en una Vuelta al Mundo y hacer podio", resume Villaverde.

Una tripulación para conservar en la memoria. De carrerilla, como la alineación del equipo favorito.