El día en el que los dos números 1 del mundo se jugaban el pase a octavos de Roland Garros, la suerte fue diferente: el serbio Novak Djokovic avanzó firme ante el joven italiano Salvatore Caruso, mientras que la japonesa Naomi Osaka tropezó ante la checa Katerina Siniakova. A esa sorpresa se sumó la eliminación de la estadounidense Serena Williams, que buscaba su 24 grande para igualar el récord de la australiana Margaret Court y que perdió frente a su compatriota Sofia Kenin, 6-2 y 7-5.

Djokovic dio un paso más hacia la final de un torneo que le permitiría encadenar por segunda vez los cuatro grandes consecutivos, algo que nadie ha completado. Su fortaleza convirtió en un juego de niños su duelo contra un rival procedente de la fase previa, disputado a altas temperaturas, con los termómetros acariciando los 30 grados. Resultado: 6-3, 6-3 y 6-2 en 2 horas y cuatro minutos.

Djokovic, que aspira a convertirse en el primer tenista en ganar al menos dos veces todos los Grand Slam, algo que también puede conseguir el suizo Roger Federer, se medirá por un puesto en cuartos contra el alemán Jan-Lennard Struff, 45 del ránking, sorprendente vencedor del croata Borna Coric en un maratón de casi 4 horas y media que acabó 4-6, 6-1, 4-6, 7-6(1) y 11-9.