Cecilia Cacheda ha querido despedirse de sus compañeras y aficionados del Godoy Maceira Porriño, club en el que jugó durante diez años y que esta temporada dejará para militar en el Bm. La Calzada. Deja atrás años de vivencias, al club en el que se hizo mayor ya que llegó siendo una niña de 14 años, deja una segunda familia y deja también una parte de su corazón en A Louriña. Se lleva, a cambio, el cariño de todo un pueblo que la vio crecer y que la apoya en su decisión de intentar dar un salto en su carrera con su mudanza a Gijón.

"Me despido de la que ha sido mi casa durante estos últimos diez años", dice la jugadora en el inicio de su misiva, en la que sostiene que "lo esencial es invisible para los ojos", dice en una carta cargada de agradecimiento al club y a toda la gente que lo rodea.

En una enumeración en la que menciona a los aficionados, a sus compañeras, a los integrantes del cuerpo técnico como Isma, Lore o Abel Estévez ("por acogerme en su casa y tratarme como a una hija", indica) sostiene que "ojalá todo el mundo tuviese la suerte de tener la oportunidad que yo he tenido. Porque si hay algo que realmente vale la pena, es este club", añade. Así que su despedida no es un adiós: "Dice que donde fuiste feliz, siempre regresarás. Así que, ¡HASTA PRONTO!", concluye.