El italiano Dario Cataldo (Astana) triunfó ayer al esprint por delante de Mattia Cattaneo (Androni) en la decimoquinta etapa del Giro de Italia, de 232 kilómetros, entre Ivrea y Como, en la que el ecuatoriano Richard Carapaz (Movistar) reforzó la "maglia" rosa de líder.

Si el sábado fueron ocho los corredores que atacaron al comienzo de la etapa, este domingo solo dos decidieron buscar la gloria, Cattaneo y Cataldo. Y su tremendo esfuerzo físico llegó a tener premio. Con gran compromiso, la pareja de atacantes consiguió resistir y tras 220 kilómetros en la bicicleta, llegaron a la última subida, al Civiglio, con casi cuatro minutos de ventaja sobre un grupo en el que empezaban a llegar sorpresas.

Tras intercambiar señales en la subida a la Colma de Sormano, con Nibali o el británico Simon Yates (Mitchelton Scott) que dieron unos ataques, el grupo vio cómo, a pocos cientos de metros del Civiglio, Roglic pinchaba una rueda de su bicicleta. Afortunadamente por él, el esloveno tenía a su lado un compañero del Jumbo Visma que le cedió su bicicleta. Sin embargo, perdió muchos metros y fue obligado a apretar con fuerza para recortar distancias con los demás "grandes".

Roglic, Carapaz, Yates o Nibali llegaron juntos al Civiglio, a 11 kilómetros del final, con el equilibrio todavía intacto. En el grupo, atacó primero Yates, pero Nibali y Carapaz le alcanzaron.

Más atrás, Roglic pagó por su cambio de bicicleta. Encaró la subida y la bajada sin poder contar con su bici y terminó saliéndose de una curva en la bajada del Civiglio, lo que le hizo perder muchos segundos con respecto a Yates, Carapaz o Nibali, que iban lanzados.

En los últimos metros, Cattaneo y Cataldo lanzaron el esprint. Lo ganó Cataldo por pocos centímetros ante un Cattaneo que, muy cansado, estuvo al borde de las lágrimas.

Hoy los corredores disfrutarán de un día de descanso, el último antes de encarar las últimas seis etapas del Giro. Mañana habrá una prueba de 194 kilómetros que unirá a Lovere y Ponte di Legno. Faltará la escalada al Paso Gavia, que era la Cima Coppi de esta edición con sus 2.628 metros de altura y que fue suprimida a causa del alto riesgo de aludes.