Un solitario gol de Abel cuando ya expiraba el encuentro permitió al Alondras imponerse por la mínima al Mensajero y afrontar con ventaja el choque de vuelta de la primera eliminatoria de la fase de ascenso a Segunda B, que se disputará el próximo domingo en La Palma. El ayer central cangués anotó de cabeza tras un saque de esquina e hizo justicia al completísimo encuentro de los hombres de Antonio Fernández, que se mostraron muy superiores a un rival que quedó minimizado sobre el césped de O Morrazo. El guión soñado, aquel que dictamina el no encajar en casa y, si es posible, anotar algún gol, se ha cumplido. Ahora resta por hacer valer este resultado en el campo Silvestre Carrillo.

El planteamiento alondrista rozó la perfección y tan solo adoleció de algo más de claridad en los metros finales. Los cangueses fueron fieles a su estilo de juego combinativo, pero lo supieron acompañar con un generoso esfuerzo en la presión y la recuperación de balón. La lección del año pasado ante el Langreo está bien aprendida y si el encuentro a nivel ofensivo de los de O Morrazo fue notable, su rendimiento defensivo fue sobresaliente, no concediéndole nada a su rival.

El Mensajero intentó tocar en los primeros minutos pero en cuanto la tela de araña rojiblanca atrapó a Vianney, el hombre de mayor calidad de los isleños, las luces de los visitantes se apagaron por completo. El Alondras asfixiaba a los canarios, se anticipaba en todas las acciones y no les dejaba combinar. De este modo, los locales fueron acumulando llegadas, volcando su juego especialmente en la banda izquierda de Yelco y Pablo García. A ello contribuía la disposición táctica del Mensajero, con un sistema 4-2-3-1 en la que el teórico extremo derecho, Piti, se incrustaba en el centro dejando mucho espacio en su carril.

Sin probar a Kilian

Con todo faltaban ocasiones claras. Jesús Varela, quizás el futbolista más destacado ayer, probó suerte desde la distancia pero su balón se fue desviado. Luego Yelco y Yahvé desaprovecharon una buena jugada por perderse en recortes dentro del área. Jonás cerró el primer tiempo con otro lanzamiento de distancia que se fue fuera. Del Mensajero no hubo noticias. Agobiado por las pérdidas de balón apostó por envíos en largo de Kai en busca de Víctor. Precisamente el delantero visitante fue el que dispuso de la única opción de los suyos en una carrera individual ante los centrales cangueses que acabó en un peligrosísimo pase cortado por la defensa local cuando Piti se encontraba solo dentro del área para rematar ante Nucho.

El arranque de la segunda mitad no varió ni un ápice el monólogo de los de Antonio Fernández. No se había cumplido el primer minuto de juego cuando Pablo García entró por su banda y envió un buen centro que Jonás remató dentro del área un poco alto en la que fue la mejor ocasión rojiblanca hasta ese momento. José Antonio Robaina modificó el sistema y trató de afianzar a su equipo en un 4-4-2 más definido con Víctor arriba y Vianney descolgado en la mediapunta. Los isleños, sin exponer prácticamente nada en ataque, se confiaban a su fortaleza atrás para tratar de capear las embestidas del Alondras. Pero los locales dominaban a su antojo el balón hasta tres cuartos de campo. Luego faltaba claridad a la hora de explotar todo el caudal de juego generado. Yahvé probaba fortuna desde fuera del área pero Kilian continuaba sin aparecer.

Tuvo que ser un defensa, Aitor Díaz, y una de las mejores armas canguesas, el balón parado, los que hicieran acto de presencia para que el meta canario se luciese. Saque de esquina botado por los locales y remate de cabeza cruzado del central, que se encuentra con la estirada felina de Kilian. La única acción de los visitantes tuvo como protagonista a Vianney, que en una acción individual se fue de un par de futbolistas del Alondras para ensayar el disparo desde fuera del área, perdiéndose a escasos centímetros del palo derecho de la portería defendida por Nucho.

Antonio Fernández trató de revolucionar a los suyos en los últimos minutos, metiendo savia nueva con Pardavila, Mauro y Österholm. El agobio era constante, pero el gol no acababa de llegar. Y llegó la jugada del partido, no exenta de polémica. Azael se queda en el suelo aquejado de calambres y el Alondras continúa la jugada hasta que se produce un saque de esquina. El árbitro se acerca para interesarse por su estado y el jugador se retira para ser atendido. Yahvé pone en juego el balón al segundo palo en donde Jesús pone un nuevo centro que Abel, en el área pequeña, remata con fe para convertir el 1-0 definitivo. Era el minuto 90 y con apenas un minuto de descuento el encuentro tocó a su fin. Luego el entrenador visitante recriminó con notables aspavientos a Antonio Fernández el que sus jugadores no hubiesen tirado el balón fuera. Lo cierto es que en el primer tiempo hubo una acción con un futbolista canario en el suelo, pero el Mensajero optó por continuar la jugada, y fue Champi el que envió el balón fuera cuando el Alondras recuperó la pelota.