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balonmano - División de Honor Plata Masculina

Del rosario a la rosa

Germán Hermida, héroe del Acanor, supera los traumáticos descensos con el Octavio

Germán Hermida celebra un gol con el Novás. // T. Alonso

El Acanor Novás ha llegado vivo a la última jornada, contra pronóstico. Un gol de penalti a falta de cinco segundos ante el Barça B (30-29) lo ha permitido. Son meses en precario equilibrio sobre el alambre. Los rosaleiros, penúltimos, tienen 21 puntos; el Palma del Río, 22. Ya en zona de salvación, Agustinos, Amenabar, Sant Martí (22) y Bordils (24). Amenabar y Agustinos se miden entre si. El Acanor necesita derrotar al Alarcos, equipo clasificado para el play off de ascenso, y que el Palma pierda con el Santoña o el San Martí no gane en Bordils. Existen otras combinaciones salvadoras o fatales, más improbables. Puntuar fuera de casa ha sido casi imposible para el club en Honor Plata: en la temporada 2003-2004 logró tres triunfos y en la 2011-2012 solo un empate, escasez que pesó en los descensos. En la actual temporada ha vencido en Palma del Río y empatado en Zamora.

Los pupilos de Isma Martínez nunca han perdido la fe, ni siquiera tras la derrota por 30-25 ante el Amenabar dos semanas atrás. "Yo lo vi muy negro", admite Germán Hermida. "Pero el grupo siempre estuvo unido. La gente se decía: 'Vamos a remar y remar hasta el final'".

A la plantilla le acompaña en el entusiasmo la directiva, que quiere aligerar el viaje a Ciudad Real, y la afición, que fleta autobuses. La expedición entrena el viernes de mañana en O Calvario y sale hacia Oporto, toma un vuelo a Madrid, pernocta en Aranjuez y completa el viaje a la capital manchega después de comer. Los miembros de la Peña Os Jomas atravesarán media península en carretera por la noche. "Es una afición que se vuelca", agradece Hermida.

Todos los encuentros comienzan a las 19.00 horas. El Acanor llega a ir perdiendo 10-7. Remonta. En la segunda mitad gana por 18-23. La diferencia se va estrechando. Un pecado recurrente. El Acanor ha perdido seis partidos por un golo gol y empatado tres. En la mayoría disfrutó de ventajas sustanciosas. En el minuto 54 el Alarcos empata 28-28. El Acanor, sin embargo, no se hunde. El psicólogo deportivo Rubén Bravo ha ayudado a espantar sus fantasmas. "El rival se nos subía a las barbas, el final de los partidos nunca nos llegaba. Pero al Barça B y algún otro rival de zona alta les ganamos de uno. Nos cambió la dinámica", valora Hermida, que elogia al psicólogo. "Es un trabajo invisible, nunca sabes en qué te está afectando, pero algo hay. Con Rubén hicimos mucho trabajo de visualización".

El partido, en todo caso, se mueve sin margen de error. Hermida anota su décimo gol y Manuel Díaz responde. El local Lumbreras es excluido en el minuto 28:23. En el 28:41 Iglesias marca el 29-30. El propio Iglesias comete penalti y es también excluido. Vidal falla desde los siete metros, pero aprovecha el rechace. 30-30 en el 29:28. Isma Martínez interrumpe ese revoltijo emocional a falta de 19 segundos.

"Isma nos dice que el empate no nos vale, no sé si sabe o no los otros resultados", recuerda Hermida del corrillo. El técnico cangués pone en cancha un sexto jugador a cambio del portero. Prepara una combinación por el lado derecho, con varias alternativas de finalización. El Acanor atacará en superioridad. Poco le importa perder el balón y encajar a puerta vacía. Hermida se enfrenta a sus traumas.

El vigués vivió dos descensos con el Octavio. El segundo, a Primera Nacional en 2016, muy masticado en una entidad en descomposición; el de Asobal a Honor Plata, en 2013, dolorosísimo. Octavio necesitaba ganar en Huesca en la última jornada. El empate le bastaba si Villa de Aranda y Frigoríficos no igualaban. Con 29-29, Quique Domínguez apostó por el portero-jugador, temiendo un pacto en Aranda, donde el partido transcurría con retraso. Dasilva falló y los oscenses anotaron el 30-29. Hermida admite: "Una parte de mí estaba pensando en aquel Huesca-Octavio. No me podía creer que se pudiese repetir".

Aquel era un Hermida tierno y secundario, de 20 años. Al de ahora, en el último partido en casa, lo han proclamado mejor jugador de la temporada. "Son detalles que te alegran, ilusiona que la gente te valore. Pero es algo anecdótico. Lo que cuenta es salvarse", indica.

El partido se reinicia. Muiña circula hacia el interior e intenta combinar con Pichel, que cruza por detrás. El pase de Muiña queda corto. Pichel se anticipa al defensor para hacer llegar el balón a Hermida con un toque apurado. El vigués, que ha fallado un lanzamiento con 28-29, no duda. Se cuela por la rendija y salta, casi tumbado en el aire. "Me llegó y no lo pensé. No había tiempo. Tiré con el alma". Agita la zurda y el balón se cuela tras rebotar en la cepa del palo largo.

El Alarcos corre hacia el centro. Suena la bocina. Algunos jugadores celebran y otros, no. Las árbitras Tania Rodríguez y Almudena García confirman que el partido ha finalizado. Todo resulta confuso. El Palma ha ganado con claridad al Santoña. Es en Bordils donde se produce el desfase. El animador del Quijote Arena, ignorante, les felicita por la permanencia desde la megafonía. "Y yo matándolo a gritos, 'me cago en tu vida, no me digas eso, que me matas'", se recuerda Hermida desaforado.

Jugadores, técnicos y aficionados rosaleiros se han congregado en un lateral de la cancha, en torno a diversos móviles. Siguen la retransmisión del Bordils-Sant Martí por el directo federativo. "Un agobio", suspira Hermida. "La última acción es increíble". Van 27-27, resultado que da la permanencia al Acanor. Al Bordils le han pitado pasos ("era falta"). Ataca Sant Martí. Jordi González detiene con la punta del pie el lanzamiento de Alejandro Rodríguez pero los árbitros indican penalti. Faltan cuatro segundos. El veterano Llorens sale del banquillo con paso firme. Rodríguez le choca la mano. Su compañero Camats reza. Llorens lanza al palo, recoge el rechace y vuelve a tirar. Jordi González salta en aspa y detiene, sin saber bien cómo ni con qué. En Ciudad Real, un centenar de gallegos explota de júbilo. "Yo pegué un salto y empecé a correr por toda la pista. Mis padres estaban la grada. Mis hermanos me llamaron desde París y Londres. Todos llorábamos".

"Esto es histórico", establece Hermida. Le augura al equipo un excelente futuro. Él tiene que decidir si forma parte. Trabaja en una empresa de ingeniería. El balonmano le exige muchos sacrificios. Al menos le ha compensado pasadas amarguras. En O Rosal ha vuelto a disfrutar: "Por ganas no va a ser".

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