El Betis conquistó por segundo año consecutivo el estadio Santiago Bernabéu, con la reivindicación de un estilo defendido hasta el final por Quique Setién, ante un Real Madrid sin orgullo, que cerró de la peor manera posible una temporada repleta de decepción en un fin de ciclo. Punto y final al calvario madridista con indolencia. El Real Madrid cerró una campaña mediocre, lejos del nivel esperado, poniendo de nuevo a prueba la eterna paciencia de una afición que acudió a despedir a jugadores que han marcado el éxito reciente en un ciclo glorioso. Lo pudo hacer con cariño a Keylor Navas y no vio ni calentar a Gareth Bale.

Zidane ya piensa más en el futuro que en un presente con sabor a pasado desde hace meses. Más allá de permitir despedirse en el campo a Keylor Navas o Marcos Llorente, acabó su banco de pruebas juntando un triplete rebosante de juventud. Vinicius y Brahim, 18 y 19 años, junto a Benzema, tres de los que se han ganado seguir el próximo curso.

Nada ilusiona a unos jugadores destinados a luchar por títulos que se han dejado llevar desde que perdieron todo en una semana nefasta de marzo. Lo ocurrido desde entonces fue un castigo que se hizo eterno. Se acababa ante un Real Betis que mostró su identidad hasta el final, dueño de la pelota y con gusto por el juego de toque. El legado de Setién pase lo que pase con su puesto.

El Betis fue un equipo, el Real Madrid individualidades. Gestos de calidad y carreras eléctricas de Vinicius, nunca acompañadas de remates de peligro y Keylor salvando hasta el último día. Su futuro pasa por su ficha. Si algún equipo la paga se marchará. Por eso, todo tuvo sabor a despedida desde el inicio del partido con el cántico con su nombre desde un fondo y toda la ovación del Bernabéu.

La faltó pegada en el primer acto al Betis y no la tuvo tampoco el Real Madrid. Nada cambió el panorama en el segundo acto. Ni un estímulo tras la charla de Zidane. El partido pasó a ser un capítulo final de temporada repleto de sufrimiento para los jugadores madridistas. Cuando intentaron dar un paso al frente, fueron castigados. Junior exhibió sus cualidades en banda izquierda, las que le han hecho estar en la lista de seguidos por el conjunto madridista.

Encontró Guardado espacio a espaldas de Varane y su pase tenso lo mandó a la red Loren, arriba, donde nunca podría llegar Keylor. Era un premio merecido a un Betis que buscó más. Navas nada pudo hacer tampoco ante el segundo, de Jesé en su vuelta a casa, a placer tras otra jugada de Junior.

Así se despidió el Real Madrid. Con un Santiago Bernabéu con menos de mitad entrada que abroncó a todos sus jugadores menos a uno, Keylor Navas, curiosamente al que impulsan a marcharse dejando un legado en forma de Champions.