El Villalonga cerró la temporada en el Nuevo San Pedro con un triunfo sobre el Barbadás con goles de Jesús y Javi Vila. Muy agradecidos le tendrán que estar los aficionados locales al técnico, Ricardo Fernández, que cogió un equipo hundido en puestos de descenso y lo ha llevado a ser el mejor equipo de la segunda vuelta, logrando con creces la permanencia.

Con este objetivo en la mano, el Villalonga afrontó el partido ante el conjunto ourensano con el fin de cerrar la temporada en casa con una victoria en un duelo en el que los pupilos de Manel Vázquez también acudían con el tercer puesto asegurado, lo que propició un duelo abierto en el que ninguno de los equipos especuló con el balón. El conjunto celeste llevó la batuta del encuentro tratando de llegar tocando a la portería de Borja y el Barbadás lo intentaba con disparos desde fuera del área.

La mejor ocasión visitante fue un remate de cabeza de Unai que se marchó fuera por poco y para los locales un remate de Calo que se topó con el poste, aunque pudieron irse por delante en el marcador con un contragolpe llevado por Guerra y posterior centro de Dani que Igor despejó a saque de esquina.

El segundo acto comenzó con una ocasión para cada equipo. Jesús culminó para el Villalonga una larga jugada con un remate que se marchó rozando el poste, mientras que en la jugada siguiente Edu cruzó demasiado el balón ante Iván. Era un aviso de que la segunda mitad iba a ser igual de entretenida que la primera, pero faltaba que el gol se uniese a la fiesta. Éste tardó en llegar quince minutos en una jugada de banda a banda de los locales en la que el balón le llegó a Calo, cedió a Jesús, mejor situado, que esta vez no falló para hacer el primero del partido. Ocho minutos tardarían en conseguir el segundo los pupilos de Ricardo Fernández, en un contragolpe de libro llevado por Javi Vila y Dani, ya en el área éste último devolvió la pared de tacón y Vila soltó un trallazo que se coló en el segundo palo. El Villalonga tenía el control del duelo y el conjunto ourensano buscaba reducir distancias con balones colgados al área sin peligro. Una tángana final animó el final del partido.