El Construcciones Castro Lavadores organiza la fase de ascenso a División de Honor Plata Masculina en Navia, de viernes a domingo, con Elda, Anaitasuna B y Córdoba como rivales. Es la primera fase que disputa el Lavadores; es la tercera fase que disputa el Construcciones Castro. Una aparente contradicción que se resuelve en la naturaleza perserverante de José Manuel Castro. El constructor ha patrocinado de manera sucesiva a Chapela, Porriño, Octavio y Lavadores en los últimos cuatro ejercicios, siempre con el ascenso como objetivo ineludible. Hoy siente que afronta el asalto definitivo.

Castro se manifiesta "más nervioso" que cualquier jugador. "Con la cantidad de pasta que invierto...". Resume cuatro ejercicios de terquedad y mudanzas: "Mi proyecto siempre ha consistido en estar en Honor Plata como mínimo. En Chapela me di cuenta de que la directiva no quería ascender. En Porriño el presidente trabajaba para mí. Puse números encima de la mesa y me dijo: 'Vente para aquí'. Pero él dejó la directiva. Me quedé solo, sin apoyo ni fuerzas. En Porriño lo suyo es el balonmano femenino. Vino el Octavio a buscarme. Me dijeron que todo estaba subsanado. Pero lo que había era un embargo muy grande. No pudimos hacer nada".

En Lavadores siente que se ha producido la simbiosis perfecta entre patrocinador y club. "Este año tenemos posibilidades. Jugamos en casa. Tenemos el apoyo de la directiva y un equipo más compensado".

Castro no engaña ni oculta sus planes. "Solo seguiré en Lavadores si subimos. No quiero seguir apostando toda la vida. Estoy cansado de poner dinero y no ascender". Añade un matiz sobre su decisión en caso de fracaso: "Digo que no ahora, luego a lo mejor me aprietan y seguiría. Puede suceder algo, un arbitraje, y no puedes tirarlo todo por una desgracia". Será Lavadores o nada, acota: "No andaré a bailar más. Ya lo tengo muy claro".

Al empresario no le asusta que sus deseos puedan cumplirse. Sospecha que la Honor Plata resultaría en muchos aspectos más sencilla de gestionar que Primera Nacional: "Cuanto más arriba, más fáciles serían las cosas de llevar. Habría más promoción y más subvenciones". Con el Concello de Vigo ya se ha reunido; por lo inmediato, que era fijar Navia como sede de la fase de ascenso. "El alcalde quería en As Travesas, pero Navia es mejor para aparcar y organizar alguna actividad. Es un pabellón más acogedor, no tan frío". También han hablado de la necesidad de tener un club de élite que tome el lugar dejado por el Octavio. "Tenemos el apoyo del Concello. El alcalde tiene ilusión y ganas de que haya un equipo referente arriba; si puede estar en Asobal, que no esté en División de Plata", revela José Manuel Castro.

Castro, a nivel deportivo, se autodefine como "aficionado". El rumbo balonmanístico se lo ha encomendado a Coque Fontela. El extremo lo ha acompañado en cada cambio de destino, junto a otros asociados. A Lavadores llegaron junto a él Escudero y Pablo García. Fontenla es un histórico del Teucro, del balonmano gallego y de Asobal. Su adiós a Guadalajara hace cuatro años parecía clausurar su carrera, con postrimerías en Primera. Y sin embargo a sus 39 años se iguala a Castro en objetivo y actitud: "La ilusión es la base de todo. Sin ilusión no puedes jugar hasta esta edad y ni siquiera pensarlo. Yo tengo suerte de estar al lado de un tipo que es un ganador. Castro siempre ha sido ambicioso en todos los sitios en que hemos estado. A veces de la nada se ha intentado hacer el mejor equipo que se ha podido. Es un hombre muy competitivo, que te presiona con buena onda, que te da buenas vibraciones. A su lado siempre rindes más. Ha estado todo el año con los jugadores, dando ánimo, y ha cumplido con todos los compromisos. Se merece una alegría".

"Ha apostado muchísimo por el balonmano. Es un patrocinador de los que ahora mismo no hay y una persona agradecida. Yo creo que quiere devolver un poco de lo que Vigo dio y espero que siga dando a su empresa", añade Fontela sobre Castro. "Es una pena que no pudiésemos ascender en las fases de ascenso con Chapela y Porriño. Es la tercera oportunidad. Vamos a intentarlo todo, con un poco más de experiencia".

"Yo soy igual que todos. Tengo mis nervios, mi estómago raro a medida que se acerca el partido", comenta Fontela sobre su papel de veterano. "Hay responsabilidad por el club, por el patrocinador, por el ayuntamiento. Vigo se merece tener un equipo un poco más arriba. Todo eso te hacer tener una cierta presión. Hay que saber llevarla y los jóvenes te miran mucho, intentan fijarse en lo que haces o les transmites, con esa tranquilidad o esas ganas. Es importante que ellos no sufran esa presión que atenaza".

Fontela ha podido compaginar las exigencias de Primera con su trabajo y su vida familiar. Honor Plata dificultaría la agenda. "Ojalá llegue el caso y me lo tenga que plantear. Tendría mucho que pensar con mi mujer. Como soy muy viejo voy año a año, pasito a paso. Si el club asciende, muchos jugadores vigueses de otros clubes estarían dispuestos a venir. Lo único que pretendo es ascender este fin de semana".