El Arosa consumó su derrota más agria de toda la temporada. No solo por su condición de estéril para una pelea por la cuarta plaza ya olvidada, sino también por el efecto letal que ha supuesto a las pocas ilusiones que aún tenía el Ribadumia de permanencia antes de su paso por A Lomba.

Lo cierto es que no fueron noventa minutos agradables para prácticamente nadie. Ya fuese por el calor o por un rumbo excesivamente marcado en lo clasificatorio, lo cierto es que el ritmo del partido se hizo demasiado lento. Escasa circulación de balón por parte de ambos equipos y demasiado fútbol directo por momentos. Se palpaba un ambiente de honda resignación por parte de todos que se hizo aún más evidente a raíz de la llegada del primer gol local.

Previamente Eloy tuvo la posibilidad de marcar a los tres minutos, pero no acertó a rematar un balón suelto en el área tras una falta lateral botada por Gabi. Parecían más enchufados los aurinegros en esos compases iniciales, pero pronto se produciría el cortocircuito.

No tardó mucho en llegar el 1-0, acción que se gestó con un centro pasado desde la derecha de Pacheco que llegó a la cabeza de Julio Rey. El canterano lo devolvió al corazón del área donde Sylla lo prolongó también de cabeza a un Mou que a placer, y también de testa, mandó el esférico a las redes defendidas por Pazos. Una acción que dejó en evidencia la contundencia defensiva del Ribadumia y que asestó un certero golpe a sus ya escasas esperanzas de salvar la categoría.

Con un conjunto visitante sin apenas constantes vitales, Sylla desperdició el segundo en una contra con Julio Rey como socio y que desbarató Roberto Pazos anticipándose al delantero.