Un "hat trick" del brasileño Lucas Moura obró el milagro para el Tottenham, que remontó en la segunda parte un encuentro (2-3) que se le había puesto muy cuesta arriba y con el que, contra todo pronóstico, consiguió colarse en la final de la Liga de Campeones por primera vez en su historia donde se verá las caras con el Liverpool.

Fue un partido loco, con un gran dominio del Ajax en la primera parte que le permitió adelantarse con dos goles de De Ligt y Ziyech y en el que pareció que los holandeses llegarían a la soñada final. Lo tenían todo en su mano, pero esta temporada la Liga de Campeones está dando noches gloriosas.

Sin embargo, el joven conjunto de Ámsterdam pecó de inocencia al dar por vendida la piel del oso antes de cazarlo y se vio sobrepasado por un Tottenham que, casi literalmente, pasó por encima del Ajax en la segunda parte. Pochettino se fue a por el partido con decisión mientras el Ajax comenzó a hacer cambios defensivos que fueron laminando el estilo del equipo y poniéndole a jugar la clase de partido en la que no se siente cómodo. El Tottenham comenzó a llegar con facilidad y sobre todo Lucas Moura emergió como una fuerza de la naturaleza. Marcó el primer gol rompiendo por velocidad e igualó el partido tras una milagrosa parada de Onana a Llorente y que resolvió con un par de quiebros imposibles en el área. Faltaba el arreón final. Avisó Vertonghen al palo en el minuto 90 y cuando parecía que todo moría, en el último minuto de descuento, apareció de nuevo Lucas Moura para llevar la locura a la hinchada del Tottenham.