El Coruxo eligió el mejor camino para acabar con las dudas que se habían creado en las últimas semanas y olvidarse de los derrotas que habían puesto fin a una de las mejores rachas del campeonato. Evidentemente la victoria es la mejor medicina, pero si esta viene acompañada de un "extra" como es ante uno de los mejores equipos del campeonato y, aún por encima, haciendo un gran partido, la dosis de motivación es enorme.

Jacobo Montes resolvió el jeroglífico del centro de la defensa con la opción más lógica, que no era otra que la de colocar a Jacobo Trigo en ese puesto, y darle su puesto en el centro del campo a José María Barril. La respuesta del central no pudo ser mejor, descubriendo el técnico una nueva variante para los casos de necesidad. En la segunda parte, además, introdujo otra novedad táctica con la entrada de Silva, que habitualmente sustituye a Manu Justo, cambiando hombre por hombre en la misma posición. Ayer, sin embargo, el jugador cambiado fue uno de banda, Juampa Barros, moviendo a Manu Justo a esa posición y colocando a Silva como referente ofensivo.

La respuesta no pudo ser más efectiva, pues con tan solo seis minutos sobre el terreno de juego, el de Tomiño presionó la salida del balón desde la defensa del Atlético de Madrid B, recuperó el balón y presionado por un defensa, y el portero saliendo a cubrir hueco, le metió el balón por el medio de las piernas marcando el segundo tanto de la tarde.

El plan de Jacobo Montes salió bien desde los instantes iniciales. El técnico sabía que había que ser intensos en defensa y presionar en el centro del campo para recuperar el balón, aunque posiblemente el técnico vigués no contara con la ayuda de los jugadores del filial colchonero, que en ningún momento estuvieron en el partido. Era como si trataran de defender el empate inicial y buscar una recuperación para salir con velocidad a la contra.

Sin embargo el Coruxo ofreció ayer una lección defensiva. La seguridad en las acciones fue máxima, lo que provocó que el Atlético de Madrid B dispusiera de muy pocas ocasiones para adelantarse en el marcador. La mejor fue una ocasión de Camello, mediado el primer tiempo, cuando se plantó solo ante el Alberto, pero el cancerbero de O Vao salió perfectamente tapando huecos, dejando al madrileño sin opciones.

Pocas más noticias dio el Atlético de Madrid B en ataque ante un Coruxo que se encontraba cómodo sobre el terreno de juego, controlando el balón en el centro del campo, aunque seguía faltándole ese último paso para culminar con goles el buen juego que estaban desplegando.

Tras el paso por el vestuario, el filial colchonero mantenía el planteamiento con dos laterales con mucho recorrido por banda, pero con un centro del campo que no era capaz de recuperar balones, facilitando el juego ofensivo de los jugadores vigueses, que en la primera jugada del periodo dispusieron de una gran oportunidad.

Manu Justo y Santi Samanes probaron suerte poco antes de que llegara el primer tanto del tarde. Fue una gran jugada del Coruxo que se inicia en la banda izquierda, con un pase de banda a banda que le llega al capitán, Antón de Vicente, que mete el esférico en el punto de penalti y Manu Justo, llegando desde atrás, cabecea al fondo de las mallas. Un premio justo al juego desarrollado por los vigueses en los minutos anteriores.

El filial colchonero se volvió loco tras el tanto del Coruxo. El equipo se fue arriba buscando el tanto de la igualada, pero sin que el balón pasara por el centro del campo. Una decisión arriesgada que Diego Silva confirmó con una presión a la altura de la frontal, en la que recupera el balón se planta ante San Román y pesar de la presión de un defensor, le coló el balón y marcaba el segundo.

Fue el principio del fin, pues los colchoneros aumentaron su grado de precipitación dejando mucho hueco en el centro del campo. Sin tiempo de asimilar el segundo tanto, llegaba una nueva contra del Coruxo con un pase de banda a banda, que Víctor Ruiz interceptó, pero introdujo el balón en su portería, con lo que a poco menos de media hora para la conclusión del partido, todo estaba visto para sentencia.