El ascenso deberá esperar. Por segundo año consecutivo el Celta Zorka se quedó a las puertas de la máxima categoría. En el duelo decisivo ante el Campus Promete, el conjunto de Cristina Cantero cayó derrotado por 54-85. El esfuerzo brutal de las viguesas no fue suficiente para compensar los recursos del cuadro riojano, mucho más sólido en lo físico y con una rotación más amplia que las célticas.

Al equipo vigués no se le puede poner un pero. Cometieron un pequeño error en el último partido de la primera fase, dejaron ir una ventaja de veinte puntos y se condenaron a un cruce infinitamente más duro que el previsto contra el Almería. Y ahí se fueron las esperanzas. Lo mismo que el pasado año en Valencia donde vivieron una situación idéntica al verse las caras con el peor rival en el duelo decisivo.

Pero en esta ocasión el esfuerzo de las viguesas no les alcanzó a desafiar a la mejor plantilla de la categoría, un equipo que tiene siete extranjeras en sus filas. Desde el comienzo fueron abriendo brecha en el marcador. El primer cuarto finalizó con un esperanzador 15-20 a favor de las riojanas. Pero a partir de ahí la brecha se hizo inmensa. 28-39 en el descanso, 45-65 en el final del tercer cuarto. De ahí al final las jugadoras de Cris Cantero no dejaron de intentarlo, de pelear y de defender con dignidad su camiseta. Agotadas por completo el Campus Promete consiguió ampliar la diferencia hasta el 54-85 final.