Las aspiraciones de medalla del voley playa español en Tokio 2020 también se siembran en Vigo. Elsa Baquerizo y Liliana Fernández, novenas en Londres 2012 y Río 2016, han retomado su sociedad después de la maternidad de Fernández. Y es en el iFit Center de Coruxo donde se controla el físico de Baquerizo, que ayer se sometió a pruebas.

Joan Rodríguez, que se instaló en Vigo tras su etapa en el Celta, es el preparador de confianza de la jugadora. "Comenzamos en 2010", recuerda. "Si todo va bien, serían los terceros Juegos". Joan diseña la puesta a punto de Baquerizo y la controla a distancia, con visita periódicas. "Es un reto constante. A estos niveles hay que ajustar mucho. Lo que has hecho un año posiblemente no te sirva al siguiente, tienes que ir afinando cada detalle". Cuenta la biología. Baquerizo ha cumplido 31 años. "Te vas adaptando a las molestias, a cómo está en cada momento. Buscas estímulos diferentes, retos. El aprendizaje es constante".

Baquerizo y Fernández inician el World Tour la semana que viene. Los de 2019 y el de 2020 puntúan en la carrera hacia Tokio. A la pareja le aguarda un extraordinario ajetreo: China, Brasil... "Tocaba la valoración antes de la primera fase de la temporada", explica Joan. "Medimos fuerza, potencia y velocidad, cómo se mueve, cuánto salta... Los resultados han sido muy buenos. Está en disposición de jugar lo mejor posible".