El Nápoles ganó 3-1 ayer domingo en el campo del Chievo Verona en la trigésima segunda jornada de la Serie A, lo que obliga al Juventus Turín a esperar su partido contra el Fiorentina del próximo sábado para ser matemáticamente campeón de Italia.

El primer doblete italiano del defensa senegalés Kalidou Koulibaly y un gol del polaco Arkadiusz Milik permitieron al Nápoles reencontrarse con la victoria tras dos tropiezos ligueros consecutivos y condenaron oficialmente al colista Chievo al descenso a la Serie B.

El Juventus, que perdió, con muchas rotaciones, el sábado en su visita al Spal de Ferrara en su primera oportunidad para conquistar su octavo título liguero consecutivo, necesitaba un tropiezo del Nápoles para coronarse y deberá aplazar seis días más la fiesta.

El Nápoles, en el que volvió a ser titular el portero colombiano David Ospina tras un trauma en la cabeza sufrido el 17 de marzo contra el Udinese, desequilibró el resultado al cuarto de hora con un cabezazo de Koulibaly y sentenció el choque en la segunda mitad con un zurdazo desde fuera del área de Milik (m.54) y con otra diana del defensa senegalés (m.81).

En el último minuto, el esloveno Bostjan Cesar firmó el gol del honor para un Chievo que se despidió oficialmente de la Serie A, al quedarse colista de la tabla, a 20 puntos de distancia del Bolonia, decimoséptimo, a falta de seis jornadas para el final.