El Arenteiro escapa del peligro a base de sufrimiento. Los ourensanos derrotaron al Paiosaco y ponen tierra de por medio con el descenso, cuatro puntos, después de un partido que dominaban plácidamente, 2-0, pero en el que acabaron pidiendo la hora una vez Iván Amor transformó un penalti muy protestado en el minuto 89.

Después de un primer tiempo sin goles, un penalti sobre Hugo lo transformó Fajardo para abrir el marcador. Cercana la media hora fue Rober el que acertó a remachar una pelota que el guardameta le sacó a Hugo en una contra fulgurante de los ourensanos.

El Paiosaco se metió en el partido a falta de un minuto y hasta el final acosó la puerta de Rui, aunque sin volver a superarle. Al final, un victoria que permite tomar un respiro.