Después de seis años en el equipo nacional de banco móvil, cuatro de ellos formando parte de la concentración permanente en Sevilla, Jaime de Haz lleva una vida totalmente diferente. Tras una llamada del también vigués Juan Zunzunegui, ha pasado a formar parte de la tripulación vasca de Zierbena, con la que disputará este año la Liga ACT.

El año pasado ya remó en traineras en Astillero, donde disputó la Liga ARC, la segunda división de la disciplina. Ahora da el salto al equipo de Vizkaya, una tripulación con importantes aspiraciones en la ACT y entrenada por el olímpico vigués Juan Zunzunegui. "Como ya me conocía, se arriesgó y me llamó", dice De Haz, que reconoce que la llamada de su paisano le cogió por "sorpresa". "Yo soy un novato en el banco fijo y ellos son un club con tan buenos resultados... No contaba que me llamaran teniendo la exigencia que tienen, pero han confiado en mí y ahora tengo que dar el cien por cien", indica.

El reto, en su primera temporada en ACT, será "dar el nivel". "Se ha ido mucha gente del año pasado y han llegado otros tantos nuevos, por lo que el objetivo será dar el mismo nivel del año pasado por lo menos y, si se puede, mejorarlo", apunta.

Actualmente reside en Oviedo, donde prepara sus oposiciones a Policía Nacional. Su nueva vida, sin las ataduras ni el nivel de exigencia de antaño, le ha permitido aceptar la oferta de Zunzunegui. Una lesión fue el punto de inflexión que le hizo recapacitar sobre su vida y futuro. "El entrenador que tenía no se comportó como a mí me hubiera gustado", reconoce. "Para estar allí sin estar a gusto y pasándolo mal fuera de casa, y aún por encima lesionado, pues decidí hacer algo con mi vida", explica. Decidió reinventarse, aunque eso le obligara a renunciar a su sueño de acudir algún día a una cita olímpica. "Da un poco de pena, pero si no estás a gusto, ni lo vas a conseguir ni te va a compensar", explica. Tras el Campeonato de España de banco móvil en junio de 2017 cerró esa puerta de forma definitiva. Siete meses después ya estaba en Astillero. "Tuve unos meses de desconexión, que me hacían falta después de tantos años dedicado de forma exclusiva al remo. Así, hice un poco de vida en verano, que siempre me lo pasaba concentrado y con competiciones. Ese año pude hacer lo que me dio la gana", bromea.

Además, esa etapa fue un paréntesis en su formación académica. "No podíamos ir a clase casi porque entrenábamos dos veces al día. Ahora he decidido ponerme al cien por cien", asegura.

En verano se puso a trabajar y retomó sus estudios en Oviedo. Hasta que Astillero solicitó sus servicios. Ahora da el salto a Zierbena, que la pasada temporada finalizó en la tercera posición de la Liga Eusko Label y que el mes pasado se impuso en el Campeonato de Euskadi de larga distancia. También ha tenido que superar su adaptación al cambiar de disciplina, del banco móvil al fijo. "Es muy diferente al banco móvil. En el móvil, la mayoría es trabajo de piernas; aquí es más abdominal. Es cuestión de acostumbrarte. En las primeras regatas lo pasas muy mal", afirma.

Se muestra feliz con su cambio de vida. "Es otro nivel, sin el estrés de entrenamientos que tenía allí y el nivel de vida es mucho mejor. No tiene nada que ver, la verdad es que estoy encantado. Lo único que tengo en mente ahora es aprobar la oposición y luego ya, dependiendo del destino que me manden, ver las distintas opciones que se me presenten. Tengo que solucionar la vida y, después, ya vendrán los caprichos de remar", concluye.