El futuro de Estela Doiro es un misterio. Mientras todo hace indicar que la jugadora no seguirá vistiendo la camiseta del Mecalia Guardés, un secreto a voces que ni la jugadora ni la directiva del club quieren confirmar ni desmentir.

En Málaga quieren que la capitana del club de A Guarda sea un pilar básico en su proyecto del próximo año. La capitana tiene contrato hasta mayo de este año, un contrato que renovó tras finalizar la campaña anterior, pero parece que el destino de la central se encuentra lejos de su localidad natal y del club en el que ha visto cumplidos sus sueños deportivos al lograr el histórico título liguero conquistado por las de José Ignacio Prades hace dos años.

Así las cosas, sin que ni el club ni la capitana hayan querido pronunciarse al respecto (FARO ha contactado con ambas partes), el compromiso de la capitana se da por hecho hasta el final del curso. Todavía restan cinco jornadas para concluir el campeonato y el Mecalia está metido de lleno en la pelea por la tercera posición. De hecho, mañana miércoles (21.00 horas/A Sangriña) recibe, en el partido adelantado de la 22ª jornada, al Rocasa Gran Canaria, que llega a A Sangriña en el liderato de la tabla, con dos puntos de ventaja sobre el Bera Bera.

El silencio por parte de la jugadora y también por parte del club resulta significativo, lejos de la sintonía que podía apreciarse entre la jugadora y la entidad tras anunciar su renovación el pasado año. "Aquí estoy muy bien", decía tras confirmar que jugaría un año más en el club en el que se formó. Tras iniciarse en las categorías inferiores del club guardés, y, tras una etapa en el Porriño, regresó en 2013.

Según ha publicado La Opinión de Málaga, Estela Doiro tiene encima de la mesa una oferta del Rincón Fertilidad, aunque también habría sido tentada por Zuazo, Gijón e incluso ha llegado a recibir llamadas del balonmano francés y del alemán. En el ámbito del club malagueño aseguran que Doiro ya ha comunicado a su actual club que no va a seguir.

Ella no se pronuncia. Espera a que el club dé el paso; y el club aguarda a que Doiro se pronuncie. Un pulso destinado a retrasar lo que en estos momentos parece inevitable.