Elías Domínguez firmó ayer en el primer maratón de la Vig-Bay un triunfo para la historia. Diez años después de su victoria en la distancia de medio maratón, en una carrera en la que ha corrido todas sus ediciones, en la vigésima llegó otro momento histórico para él. Junto a su compañero de fatigas Rubén Pereira protagonizó un maratón cargado de emotividad.

Tras cruzar la meta en primera posición, parando en crono en 2.35:03, solo tuvo que esperar unos segundos a Rubén Pereira para fundirse en un abrazo con él que simbolizaba lo especial que era para ambos ese primer podio del maratón de la Vig-Bay, el sufrimiento previo preparando de forma conjunta la cita, los kilómetros acumulados, la intensidad, los nervios... Al final, al cruzar la meta, una mezcla de orgullo y satisfacción les invadió a ambos. Con los ojos empañados por la emoción firmaron una hazaña que quedará para siempre registrada en la historia de la carrera que une Vigo y Baiona desde los últimos 20 años.

El primer maratón de la Vig-Bay reunió en la línea de salida de Samil a 1.271 atletas. Los chubasqueros presidieron el pelotón ante la amenaza de lluvia y viento. Sin temor a lo que se enfrentaban, tomaban la salida pletóricos, dispuestos a completar los 42,195 que les separaba de la meta, de su propia gloria personal. Por fortuna, la lluvia no hizo acto de presencia y el viento fue benévolo a ratos. La fiesta fue completa. Al llegar a Baiona muchos proclamaban que querían más, que esperan ya una segunda edición del maratón. Que la organización tome nota.

El triunfo de Elías Domínguez y el segundo puesto de Rubén Pereira fue fruto de la estrategia. Ambos corrieron, además de con las piernas, con la cabeza. Supieron gestionar a la perfección la "desconfianza" que les llegó a generar la presencia del portugués Henrique Costa. Pese a no poder descolgarlo no cundió el pánico. El vigués, que en esta carrera corría con la camiseta del 'Sacrife is the secret', y el del Athletics tomaron el mando de la carrera desde el pistoletazo de salida. En el kilómetro 21, en el segundo paso por Samil, sintieron el aliento de toda la gente que se encontraba esperando la salida del medio maratón. Ahí el portugués ya se había sumado a la fiesta.

Elías Domínguez sufría con unas molestias en el isquio que lo obligaron a adaptar su zancada. Prefirió mostrarse más conservador y fue Pereira el que asumió el peso de la carrera. En el kilómetro 25 Domínguez realizó un cambio de ritmo para tantear a su rival luso. El test resultó tranquilizador y levantó el pie. Costa llegó a ponerse por delante en el kilómetro 30 pero su ventaja era de un segundo. A falta de un kilómetro Rubén Pereira decidió jugar sus cartas, pero su compañero se guardaba un último cambio. El portugués ya estaba fuera de combate. A falta de 400 metros Elías Domínguez lanzó un esprint demoledor y voló hacia la meta del primer maratón Vig-Bay. Paró el crono en 2.35:03. Para celebrarlo solo tuvo que esperar nueve segundos, para fundirse en un abrazo que volvía a transformar la rivalidad en amistad. Henrique Costas cruzó la meta en tercera posición (2.35:25) y Alberto Bastos, en la cuarta (2.42:12).

Dando un salto de felicidad cruzó la meta Beatriz Fernández Gil. Era la primera mujer y paraba el crono en 3.02:19, superando incluso sus mejores previsiones. La atleta del Club Corredoiras Bueu estuvo acompañada en el podio por Pilar Mahamud (3:17.15) y por Lola Pérez Corvo (3:20.20).