La Vig-Bay no tiene edad. La lucha contra el crono no caduca y Carmen Costas y Julio César Constenla son buena prueba de ello. Ellos son, con 62 y 75 años, repectivamente, los participantes de más edad del maratón de esta edición. En el medio maratón, los atletas más longevos tienen 66 y 79 años. La suya será también una lucha heroica contra sí mismos en una cita de exigencia superlativa.

Carmen Costas, del Club Atletismo Baiona, no es una novata en la distancia. Corrió su primer maratón habrá unos diez años, en el Maratón del Baixo Miño. Paró el crono en 4:09.

Después de acumular 14 participaciones en el medio maratón, Carmen Costas no se lo pensó dos veces a la hora de anotarse en el maratón de la Vig-Bay. "Al ser al lado de casa, decidí apuntarme", indica la veterana atleta de Baiona.

Pero Carmen Costas no estará sola mañana en la línea de salida del maratón en Samil. A su lado estará su hija, Diana Varela, que afronta el que será su primer maratón tras dos participaciones previas en la distancia de 21 kilómetros. El reto será "intentar acabarlo juntas", anuncia Carmen Costas, que matiza que saldrán "sin un tiempo fijado y a pasárselo bien".

Julio César Constenla, de Barro, empezó a correr hace más de 50 años. Aún recuerda sus primeras carreras. "Corrí una aquí al lado en Moraña, con vaqueros y zapato de suela", rememora. "Antes no era como ahora, estaba incluso mal visto".

Hace medio siglo recuerda correr por el Náutico, As Travesas, Coia..., en una etapa en la que llegó a coincidir con Loli García, la mujer del olímpico Álvarez Salgado. Guarda sus recuerdos como pequeñas perlas de aquellos años en los que su físico y su estado de forma le permitían correr dos maratones al año. Su cuenta supera el medio centenar de maratones y más de 200 medios maratones.

"En la Vig-Bay he corrido casi todas las ediciones", anuncia. Este año se decidió a última hora que haría el maratón, una distancia en la que acumula varios títulos gallegos en su franja de edad. De joven también probó fortuna en la bicicleta e incluso en el boxeo. Se decantó por correr, aunque se metió más de lleno al prejubilarse. "Tenía más tiempo para entrenar y quise ver hasta dónde podría llegar", apunta. Cuidar de su huerto al lado de casa suple las horas de gimnasio. Y su secreto: "Un vaso del vino que yo mismo hago en las comidas". Tiene la receta para ser el atleta con más años, pero con más vitalidad del maratón de la Vig-Bay.