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El debut soñado, al lado de casa

Doce atletas tendrán la oportunidad de correr su primer maratón en la edición especial del vigésimo aniversario de la Vig-Bay, que se disputa este domingo

Jesús Alonso, Javier y Ángel Giráldez, Elisabeth Pichón, Joaquín Miniño, Andrés Benavides, Daniel Pazó y Diana Varela en A Ramallosa, tras su entrenamiento del domingo. Marta G. Brea

En la vigésima edición de la Vig-Bay por fin llega la gran oportunidad que muchos estaban esperando. La organización ha cumplido el deseo de los atletas que llevaban tiempo pidiendo que la cita, que se disputará el próximo domingo, 7 de abril, acogiera la distancia del maratón. Para celebrar una cifra redonda como las 20 ediciones han cumplido su deseo. "Se lo debíamos", dice Pilar Ruiz, la directora de la carrera. Y los atletas han aceptado el reto de forma masiva. Cerca de 1.300 tomarán la salida de la prueba de 42 kilómetros y 195 metros, en un circuito duro y exigente pero que muchos tienen interiorizado al ser su lugar habitual de entrenamiento. La Vig-Bay les ofrece además el lujo de disputar un maratón por primera vez en sus vidas casi a las puertas de casa. "Había que estar", dicen sin titubear, sin miedo pero con respeto ante una prueba de exigencia suprema y que pondrá al límite su resistencia.

Antón Gamallo, Helena Vaz, Pablo Alonso, Iván Alonso, los hermanos Javier y Ángel Giráldez, Jesús Alonso, Elisabeth Pichon, Joaquín Miniño, Andrés Benavides, Daniel Pazó y Diana Varela son doce atletas que realizarán su debut en la distancia y relatan para FARO sus expectativas y sensaciones previas a una carrera que han preparado con mimo durante meses.

Antón Gamallo, durante un entrenamiento en Samil. Marta G. Brea

Antón Gamallo es entrenador personal en 8.Zero y ha diseñado su propio plan de entrenamiento desde noviembre, fecha en la que tramitó su inscripción. Empezó con el atletismo al dejar el fútbol. Su trabajo le obligó a buscar una actividad para mantenerse en forma que pudiera compaginar con sus jornadas laborales y se calzó las zapatillas de running. "Es curioso porque en el fútbol lo de correr lo ves como algo negativo, casi como un castigo", indica. Pero ahora lo vive de otra manera: "Al tomártelo como algo lúdico lo vives más liberado y, sobre todo, en un ambiente privilegiado".

Hace cinco años corrió un "maratón" improvisado él solo, desde Caldas hasta Santiago. "Cuando llegué a la catedral juré que nunca volvería a correr un maratón", desvela. No mantendrá su promesa mucho más tiempo. Lleva meses preparando su debut en el maratón de la Vig-Bay, una prueba que sí ha corrido en la modalidad de medio maratón, donde tiene un mejor registro de 1:29. En el maratón ya se fija como reto acabar en torno a las tres horas y media, pero afirma que "con bajar de cuatro horas me vale".

Y es que la Vig-Bay será también una prueba de resistencia psicológica. Además del viento y las ampollas que le acompañan en cada tirada larga de sus entrenamientos, afirma que la resistencia mental será clave en una prueba con un perfil tan exigente. "El recorrido es complicado porque vuelves hasta Samil después de 21 kilómetros y ahí aún te quedan otros 21 para la meta", así que ya se mentaliza para "aprovechar la ocasión, disfrutar la prueba y pasarlo bien". Lo que más le preocupa es no lesionarse. Ha hecho hincapié durante sus entrenamientos en la resistencia y también en la fuerza porque en la prueba que hizo hasta Santiago se lesionó el tendón rotuliano y estuvo un mes parado.

La Vig Bay será "un reto personal" para probarse a sí mismo y para certificar que la preparación que hay detrás en estos meses previos ha sido la correcta, por lo que confiesa que ya siente una mezcla de "nervios y ganas" de que llegue el gran día.

Iván Alonso realiza un estiramiento. Marta G. Brea

Iván Alonso (Gimnasio Vicus) lleva diez años corriendo, pero el de la Vig-Bay será su primer maratón. "Los más cercanos son A Coruña o Oporto, por lo que este año me animé al ser aquí en Vigo", indica. Tras seis participaciones en el medio maratón que une Vigo y Baiona, enumera otras pruebas en las que ha estado: las 24 Horas de Vigo y también algún trail de 40 kilómetros. "El maratón era algo que quería hacer y ésta va a ser la única oportunidad de poder hacerlo al lado de casa", dice.

Aunque opina que "el circuito es más complicado que el de cualquier otro maratón", contrapone que "el paisaje es otra historia", comparándolo con otros medios maratones en los que ha participado como el de Pontevedra o el de Viana.

El objetivo de Iván Alonso será "acabarlo". "Enfrentarse a los 42 kilómetros son palabras mayores y no tengo referencias", apunta el vigués, que ya ha corrido, sin embargo, trails de distancias similares. Con una mejor marca de 1:21 en la Vig-Bay, su idea es la de bajar de las tres horas y 15 minutos en la meta de Baiona el próximo domingo.

Pablo Alonso Estévez. Marta G. Brea

El caso de Pablo Alonso es el mejor ejemplo, según su entrenador, José Vidal, de que "si quieres, puedes". Vidal es una de las dos personas "culpables" de que el corredor del Castrelos 20:30 vaya a tomar la salida el domingo en su primer maratón. Él y su dietista Delfina Vicente. "Después de cuidar casi diez años de mi madre con demencia había llegado a pesar 106 kilos y aunque físicamente no tenía ningún problema, lo que veía en el espejo no me gustaba", explica.

A finales del verano de 2012 empezó a seguir una dieta con el asesoramiento de su dietista y a mediados de 2013 ya había perdido 25 kilos. Pero entonces fue cuando añadió el ejercicio a su rutina diaria y José Vidal se convirtió en su entrenador. Tras unos inicios de paseos por el Lagares, a principios de 2014 empezó a entrenar de forma regular con el Castrelos 20:30 y en el mes de agosto de ese año disputó su primera carrera popular, las 24 Horas de Vigo en un equipo de relevos. Ese mismo año corrió la San Martiño, su primer 10.000, y en 2015 corrió el medio maratón en Viana para preparar su estreno en la Vig-Bay de ese mismo año. Desde entonces no ha faltado en la línea de salida de Samil. También es un habitual de las populares de la zona.

Desde finales del año pasado se prepara para debutar en el maratón. "No podía perder la oportunidad que nos brinda la Vig-Bay", explica. Cuando ya faltan días para el gran día "empiezan a aflorar los nervios, pero sé que todo va a ir bien y después del gran entrenamiento que he realizado seguro que la voy a acabar sin grandes problemas en cuatro horas más o menos, aunque el tiempo es lo de menos", anuncia.

Con 30 kilos menos de los que tenía hace seis años reconoce que "no ha sido fácil llegar hasta aquí, pero el cambio ha sido brutal y ha valido la pena", sintiéndose agradecido con Delfina Vicente al tiempo que añade que "sin la motivación de Vidal sería imposible pensar en correr un maratón, pero con sus consejos y el cariño de mis compañeros todo ha sido mucho más fácil". Y piensa en nuevos retos para el futuro. "Me gustaría seguir practicando deporte durante muchos años más y seguir afinando un poquito más el peso", dice, aunque para ello aún le queda el reto pendiente de desengancharse del chocolate, su "perdición".

Helena Vaz, en Castrelos. José Lores

Helena Vaz deja a sus hijas en el colegio cada mañana y se acerca a Samil para completar su entrenamiento antes de ir a trabajar. El domingo cumplirá su sueño de correr un maratón y lo hará casi desde casa (vive en Navia). "Con la oportunidad que tenemos este año de que en la Vig-Bay se puedan correr los 42 kilómetros me puse a prepararlo. Es al lado de casa, y hay que aprovecharlo", indica la ourensana afincada en Vigo y que pertenece al ADN Runners Telmo Peluqueros. "Prácticamente yo no hacía nada de deporte, pero conforme mis hijas se fueron haciendo mayores empecé a correr", comenta. Una mamá del colegio al que van sus hijas le presentó hace unos cuatro años al que es hoy su entrenador, Carlos Adán. "Pasé de salir a ratos y a hacer poquita cosa a unos entrenamientos más regulares y a participar en carreras. Por ahí fue como me fui enganchando", cuenta. Hasta ahora hizo dos medios maratones de la Vig Bay, el primero hace tres años, así que el domingo vivirá un estreno por partida doble ya que su primera carrera de 21 kilómetros también fue la que une Vigo y Baiona. "Me costó, pero la disfruté muchísimo y fue una satisfacción acabarla. La misma ilusión tengo ahora con el maratón", apunta.

Su objetivo el domingo será "disfrutar". "Es una distancia que impone respeto, aunque el objetivo cuando empecé a prepararla era acabar. Los entrenamientos se me han ido dando bien y ahora ya pienso en bajar de las cuatro horas", anuncia. "Tampoco voy a pasearme e intentaré cumplir los tiempos para los que me he preparado".

En su primera Vig-Bay firmó un tiempo de 1:49, y en la segunda, que la preparó mejor, "estaba un poco lesionada y acabé por debajo de 1:45".

Los hermanos Javier y Ángel Giráldez forman parte de la "gran familia" del Club Atletismo Baiona. Javier lio a su hermano Ángel y han preparado el maratón con la intención de "acabarlo juntos". "La intención es acabarlo simplemente porque va a ser duro", anuncia Javier, que se inició en el atletismo después de una lesión en la rodilla cuando jugaba al fútbol. Con el tiempo animó a su hermano, que siguió sus pasos para ponerse en forma. También hacen triatlón y algunas carreras de trail.

Se fijan un tiempo de tres horas y media para llegar a meta y llevan preparando la carrera de forma específica "desde enero". Al saber que la organización organizaría este año el maratón, se dijeron: "Habrá que ir". "Si no fuera aquí al lado de casa igual no me lo planteaba", reconoce Ángel, pero es difícil no aceptar el reto que plantea este año la Vig-Bay.

Su compañero de equipo Jesús Alonso, que disputó su primera carrera en la Vigo+11 en 2013, corre la Vig-Bay de forma ininterrumpida desde 2014. Este año será el de su debut en el maratón y se plantea acabarla "entre 3:30 y cuatro horas".

Elisabeth Pichon Cayeux es una francesa afincada en Nigrán desde 2008. Desde que llegó a Galicia corre el medio maratón de la Vig-Bay y este año disputará su primer maratón. "Tenía la ilusión de correrlo y no podía desaprovechar la ocasión", dice la atleta, que también participa en trails, donde acumula algún que otro podio en su categoría. "No temo nada, pero sí que me impone respeto", asegura. "Me preocupa que al final se me cruce un cable y no pueda acabar", bromea.

"El maratón es la prueba más complicada y se necesitan más entrenamientos porque además el recorrido será muy duro, muy rompepiernas", advierte mientras señala que lleva tres meses preparando la cita. En su mente se fija el reto de acabarla en menos de cuatro horas. Sus compañeros de club creen que tardará menos.

Diana Varela ha entrenado para su primer maratón con su madre, Carmen Costas, de 62 años, y que ya ha disputado 14 ediciones de la Vig-Bay en su modalidad de medio maratón. Para Carmen será el segundo maratón después del que corrió hace 10 años en el Baixo Miño. Paró el crono en 4:09. Este año ha vuelto a sentir el gusanillo y ha "liado" a su hija casi como una excusa para que retomara los entrenamientos después de tener a su segunda hija hace año y medio. "Empecé en octubre con ella a prepararlo", indica. "Es muy bonito y me hace mucha ilusión compartir esta experiencia con mi madre", añade: "El tiempo va a ser lo de menos, vamos con la cabeza tranquila y no nos fijamos ninguna marca. El reto es poder acabarlo, y hacerlo juntas".

Andrés Benavides es otro exfutbolista (militó en Preferente en el Gondomar) que descubrió un nuevo universo en el atletismo. Su amigo Iván Roade (exciclista) le presentó a su entrenador Óscar Fernández y, "gracias a sus consejos", se fija un tiempo de unas tres horas para completar su primer maratón. Su mejor marca en la Vig-Bay es de 1:21 y, al contrario que sus compañeros, anuncia que prefiere un día de mucho calor para el domingo. También apunta que otra de las claves para resistir hasta Baiona será el "factor psicológico".

Lo que no tiene secretos para él es el circuito, donde se entrena casi a diario. "Tengo mis pisadas pegadas en ese asfalto", bromea.

Joaquín Miniño, de Baredo, se calzó las zapatillas por primera vez con 40 años, tras una operación de hernia discal. Se anotó en el Club Atletismo Baiona y se aficionó a los triatlones. Ya ha corrido unas cinco ediciones de la Vig-Bay y advierte de la dureza del circuito. "Hay que saber muy bien a qué ritmo puedes ir", advierte.

Miniño fue el 'culpable' de convencer a Daniel Pazó para que se anotara. Exfutbolista aficionado y especialista en trails (algo de 58 kilómetros) pretende "bajar de las tres horas". Para eso tendrá que adaptar su zancada al asfalto. "En la carretera las sensaciones son diferentes, en el monte puedes respirar, pero el maratón va a ser más de salir con el cuchillo entre los dientes", anuncia el atleta de Nigrán afincado en Baiona.

Todos estarán el domingo en la salida, con retos diferentes, pero con las mismas ganas de vivir un debut soñado entre los suyos y al lado de casa.

Franciso Agulla: "Seguiré corriendo, pero el de Baiona será mi último maratón"

Francisco Agulla. Marta G. Brea

Mientras que muchos atletas se preparan para correr su primer martón, el vigués Franciso Agulla se prepara para vivir su despedida de la distancia. A sus 70 años acumula seis maratones en sus piernas. El del domingo será el séptimo y, en un principio, el último.

"El primero fue el de Viena, en 2008", rememora. Luego vinieron París, Copenhague, Rotterdam, Roma y Barcelona". Los recita como un salmo. En el último, en 2008, hizo un tiempo de 3 horas y 20 minutos.

El domingo, en la Vig-Bay 2019, será para él un día de despedida del maratón, pero no del atletismo. "Seguiré corriendo y haciendo carreras por la zona, pero son ya 70 años y este es el último", apunta.

Apunta al maratón de Viena como el "más espectacular" de todos los que ha corrido, con unas 40.000 personas en la salida y un ambiente en las calles increíble, pero también apunta a la carrera de casa como el mejor lugar para despedirse. "Me gusta mucho, sobre todo por el paisaje, pero el recorrido es muy duro", reconoce. No irá pensando en el reloj, se guiará "por sensaciones". "Lo que quiero es acabarla y para eso hay que ir con mucha cabeza", advierte.

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