Marcelino Giráldez encontró en la bicicleta hace unos cuatro años su tabla de salvación. Después de varias etapas dedicado al deporte de alto nivel como futbolista (jugó en los juveniles del Madrid y también en el Celta) y como piloto de rallyes (compitió con Hyundai en el campeonato de Andalucía y también el Nacional de Asfalto como piloto oficial), una lesión en la espalda lo cambió todo.

"Mi médico me dijo que me dejara ya el deporte de contacto porque tenía muchas posibilidades de quedarme en una silla de ruedas. Tengo la L4 y la L5 totalmente destrozadas", indica Giráldez, que comparte su pasión por el deporte con su trabajo como Policía Local en Mos.

"Empecé dando cuatro vueltas porque el médico me lo dijo", añade. "Me vi mal, en una silla de ruedas, estuve ocho meses sin hacer nada con cortisona. Cogí ocho kilos y no me reconocía al verme en el espejo,", reconoce. "El traumatólogo que me atendió jugó un año conmigo en el filial del Celta. Me reconoció después de tantos años y me dijo que iba a ser franco, que me hablaría como si fuese su hermano".

- Tienes la espalda destrozada así que déjate de tonterías-, le espetó.

No era necesario que dijera nada más. Dejó el fútbol y tras más de un año de calvario, de medicación y de dolores empezó a pedalear para volver a ponerse en forma. Primero en una estática, reforzando la zona, compaginando la rehabilitación con sesiones de pilates. Las resonancias ya mostraban la mejoría. "La cosa fue a más y empecé a pedalear por montaña porque vi que los impactos ya no me afectaban tanto, claro que con bicis buenas, de doble suspensión", matiza.

En la última edición de la Bikedada fue para probarse y en la distancia de fondo finalizó en la undécima posición, siendo el primero en máster 50. "El gen competitivo me ha salido ahora con 53 años" y como se encuentra "bien" y en su peso ideal se dispone a participar este fin de semana en "Tabernas Desert 2019", que será su primera competición por etapas y que discurrirá en el desierto de Almería.

El viernes afronta la cronoescalada, de 22 kilómetros, a las 16.00 horas. El sábado es la etapa reina, de 98 kilómetros, con 2.500 metros de desnivel acumulado y de navegación GPS. La tercera, el domingo, será de 78 kilómetros y 1.700 metros de desnivel. La previsión apunta a que lloverá el domingo, lo que dificultará el reto. "El terreno se vuelve arcilloso y la bici no avanza y gastas más energía", relata. "No sé qué es una prueba de etapas y será interesante ver cómo responde el cuerpo", dice ya pensando en el que es realmente su gran reto deportivo. "En 2020 quiero disputar la Titan Desert", anuncia. La cautela y los consejos de gente con más experiencia como su vecino Óscar Pereiro le hicieron retrasar un año su objetivo. "Yo me encontraba físicamente bien para ir este año ya. Pero cada año se hace más difícil y ahora cualquiera de las seis etapas de la Titan Desert son por navegación", explica. "Te descargas el track y tienes que seguir los waypoints que te dan y eso también requiere un entrenamiento. En el desierto no hay referencias". Así que la cita de Almería será un buen test para el mosense. "Ya hice algunas pruebas por el Monte Aloia y por aquí cerca, pero la prueba de Almería lo que tiene de bueno es que en la etapa de 98 kilómetros la mayor parte es de navegación. Eso me servirá para poner en práctica lo que he entrenado por aquí", asegura.

Su vecino Alberto Davila (Espiritu Alwahiri), que estuvo en la pasada edición de la Titan Desert, también ha sido un buen consejero y es uno de los que más le anima a participar en la mítica prueba en el desierto de Marruecos. "El nivel en el que estoy ahora es porque soy así de tozudo", dice. "Y porque tengo mucha gente, amigos, apoyándome y ayudándome", apunta.

Esta temporada, además, cuenta con un equipo de profesionales de auténtico lujo que le están ayudando a lograr su objetivo. "Este año tengo la colaboración de la marca BH y de la tienda de deportes Tramo Libre", apunta. Modesto Pérez se encarga de supervisar el estado de sus bicicletas y también de su preparación física, aunque en su lista de agradecimientos están también Antonio López, de BH; y Diego López y Oliveira, mecánicos de Tramo Libre.

Marcelino Giráldez tiene previsto también participar en "Los Diez Mil del Soplao" en los Picos de Europa. "Es una prueba de ultrafondo de 170 kilómetros con 5.000 metros de acumulado", explica. En la cita cántabra ya tiene experiencia. "No tiene navegación, es una típica prueba de esas súper duras que dices que no vuelves a hacer en la vida, pero te engancha", reconoce: "El primer año la hice en 14 horas, el año pasado bajé dos horas mi registro y este año intentaré hacerla en once horas". También planea ir a la "Titan La Mancha" y alguna que otra cita más. Su pasión ya es imparable.