Aitor de Luis llevará a cabo su reto en su mes de vacaciones. Ha alquilado una casa a las afueras de Dover del 6 al 21 de julio, donde estará a la espera del día idóneo para llevar a cabo su gesta. Ya tiene reservado el barco y ha elegido al patrón que le guiará en la travesía. Además, de la inscripción en la Channel Swimming Association, que supera las 500 libras (580 euros), tendrá también que alquilar un coche. "Todo suma", se lamenta.

"En cada marea un patrón puede sacar a cinco nadadores, por orden de inscripción", explica. "Uno me dijo que me puede sacar en el segundo puesto y ese es el que me interesa. Lo óptimo es salir de primero, porque según vayan pasando los días menos posibilidades de éxito hay porque igual han pasado cinco días y solo han salido dos", advierte.

Tras asesorarse también con otros nadadores que han llevado a cabo la hazaña, se ha quedado con varios consejos que tratará de llevar a cabo. "Que me alimente cada media hora; aunque no tenga hambre, obligarme a comer y beber; hacer paradas muy cortitas, de 30 segundos como máximo, porque las corrientes son muy fuertes; y no desesperarte, que la cabeza funcione bien va a ser importantísimo", indica. "Va a haber momentos en los que no veas nada, ni tierra por delante ni tierra por detrás y la cabeza tiene que ir ahí muy bien trabajada. También que vaya un poco pasado de peso, para tener reservas para resistir mejor las aguas frías y aguantar tantas horas en el agua, porque corres riesgo de hipotermia". Con esas precauciones, De Luis es optimista. "El año pasado casi todo el mundo salió y eso es bueno, aunque es verdad que hubo bastantes abandonos; incluso creo que hubo algún fallecimiento porque la gente llega muchas veces a su límite y hay que ir con los deberes muy bien hechos", advierte.