El Real Madrid doblegó al Valladolid en un partido en el que los madridistas sufrieron mayor turbación e inquietud de lo que hace pensar el marcador (1-4), ya que los vallisoletanos "gobernaron" la primera parte, aunque acabaron sometidos ante la pegada del conjunto blanco tras la reanudación.

Solari salió con todos los ingredientes disponibles en su alineación, que tampoco eran muchos habida cuenta de las bajas, y dispuso un ataque con Marco Asensio y Benzema, más un centro del campo muy poblado, aunque todo el equipo empezó "desenchufado", falto de ritmo y muy lento en el repliegue.

Llegó más y mejor el Valladolid durante los primeros minutos. Los de Sergio González salieron insolentes y descarados aun a riesgo de desfondarse. No era el partido esperado durante los primeros veinte minutos, el Valladolid estaba zarandeando al rival, un Madrid que no tenía ni tiempo para pensar.

Fueron dos acciones prácticamente consecutivas las que revolucionaron el partido, aunque el Madrid no sufrió daño en el marcador. Primero, un penalti fallado por Rubén Alcaraz (min 11), que es el quinto que ha desperdiciado el Real Valladolid esta temporada, y un gol anulado a los locales por el VAR, tras detectar un fuera de juego de Keko Gontán (min. 13).Otro tanto, esta vez de Sergi Guardiola, no llegó siquiera a ser anulado, porque el linier levantó inmediatamente la bandera, también por fuera de juego y esta vez mucho más claro.

Ambos equipos se enfrentaban en situación de pleno abatimiento, pero el Madrid, sorprendido por el descaro e intensidad de su rival, vagabundeó por el campo durante los primeros veinte minutos, ante un Valladolid acometedor y "muriéndose" en cada balón dividido.

Definitivamente, el Valladolid no empezó como otras veces, los de Sergio apelaron al orgullo para intentar dar "portazo" a su mala racha de resultados ante un Real Madrid apático y que, durante el primer tiempo, bajaba andando en las transiciones defensivas. Pero el Valladolid siguió intentándolo, pese a su habitual falta de "pegada", y a la tercera fue la vencida, cuando Anuar Tuhami, cogió un balón suelto en el área para batir a Courtois.

Con notable solvencia jugaba el Valladolid en ese momento ante un rival inconsistente, cuyo empuje y vitalidad se habían quedado en el vestuario, cuando Nacho le ganó una disputa a Jordi Masip, y Rafa Varane aprovechó para empujar el balón al fondo de la red.

Tras el tanto madridista, Modric empezó a moverse entre líneas y a jugar más adelantado, ahí parecía cambiar completamente el estado del partido y, en un fugaz intercambio de golpes, respondió el Madrid con un disparo lejano de Casemiro, con el Valladolid acusando muchísimo el golpe del 1-1.

En la reanudación todo se volvió del revés. Un penalti claro sobre Odriozola de Óscar Plano permitió a Karim Benzema adelantar al Madrid (min. 51). Con la ley del mínimo esfuerzo, los madridistas se veían ganadores y el castigo para el Valladolid era muy duro.

Y fue todavía peor para los locales, ya que Benzema remató a placer en una indecisión defensiva de los vallisoletanos y endosó el 1-3 al filo de la hora de encuentro. Un serio correctivo para un Valladolid que había opositado durante muchos minutos a no irse de vacío en este partido y que incluso tuvo un lanzamiento al poste de Sergi Guardiola, en plena racha infortunio.

La expulsión de Casemiro, por doble amarilla, apenas alteró la marcha del encuentro porque ya para entonces el Valladolid tenía más pundonor que fútbol. Es más, el croata Luka Modric marcó el cuarto en una jugada "de seda" del actual Balón de Oro.

La derrota obliga al Valladolid a ganar cuatro o cinco partidos de los once que faltan para no ver peligrar la categoría, mientras que el triunfo madridista da oxigeno a Solari y, de paso, aporta algo de sosiego tras una semana muy convulsa.