Con molestias en el pie izquierdo desde la reunión de Madrid, Ana Peleteiro asegura que ha vivido "un mes muy difícil. Pero mi entrenador (el cubano Iván Pedroso) siempre me dice que no piense en eso, que cuanto más piense más me va a doler, y siempre tiene razón. Hemos tenido que cambiar algo la técnica porque para que no me doliese tenía que entrar de una forma diferente, así que estoy muy contenta de haber superado algo como lo de hoy", afirmó.

Ana Peleteiro celebró sus marcas: "Cuando vea el vídeo de ese cuarto salto me va a dar vergüenza porque he dado un espectáculo que parecía un machote, pero soy así, y además eso también amedrenta a las rivales".

"Nunca se está relajada en una final", confesó. "El primer salto no me gustó, sabía que me había ido de boca. Estaban saltando todas un montón pero saqué el nervio gallego que tengo ahí dentro y me salió bien".

Sobre la gran mejora de 22 centímetros en su marca personal, explicó: "El triple son tres saltos. A poco que mejores en la carrera, un poco que mejores en el primero, otro poco en el segundo, ya te vas en el tercero, con esta pierna izquierda que está muy fuerte. Como dice Iván, todo lo que viene conviene. En Berlín me fui con mal sabor de boca, pero en octubre volví con ganas, muy concentrada, trabajando mucho y eso me ha dado mucha seguridad en mí misma. He crecido mucho mentalmente. Tengo un coraje que antes no tenía", subrayó.

El oro refuerza su confianza: "Sé que no soy mejor que nadie, pero también sé que nadie es mejor que yo. Mira mi chico (el portugués Nelson Évora), que es campeón olímpico, del mundo y de Europa. Siempre era el más bajo, no era el más rápido, no era el que mejor primero tenía, ni el segundo, pero ganaba. Siempre me decía: yo no era el mejor en nada, pero juntando todas las cosas, ganaba".

"Si sabes utilizar todas tus armas juntas, eres imparable. Yo aquí me veía poca cosa, comparada con estas, pero sé que estoy empezando. Los 15 metros es algo que está en mi mente y en la de mi entrenador. El día que lo salte me veréis con la sonrisa más grande del mundo, pero tiempo al tiempo. Las mejores no lo hicieron con 23 años. No tengo prisa", advirtió.

Ana Peleteiro reconoce que apenas si pegó ojo esta noche. "He dormido fatal. Me despertaba a todas horas y no he podido comer tan temprano. Tomé una cucharada y casi la vomito. Estaba ahí con Orlando (Ortega), que se partía el culo de risa. Pero el hecho de ser a las 10 de la mañana nos ha dado un protagonismo que no hubiera tenido por la tarde. Siempre que vengo a Inglaterra me voy contenta".

Preguntada por los Mundiales de Doha, en octubre, apuntó: "Primero, esperemos llegar allí sanas y salvas, y luego ilusión, muchas ganas y mucha hambre de seguir creciendo. Hay que seguir así, cuidándose y rodeada de los mejores".