El Monbus Obradoiro venció al Cafés Candelas Breogán por 75-73 en un segundo duelo gallego de esta temporada que permite al equipo compostelano tomarse la revancha por la dura derrota sufrida el pasado mes de octubre en su visita a Lugo (69-56).

Este resultado confirma la buena racha de los hombres entrenados por Moncho Fernández, que suman cuatro victorias en los últimos cinco partidos incluso después del parón realizado para la celebración de la Copa del Rey. El Breogán -que conserva el basket average- se mantiene en la parte baja de la tabla clasificatoria de la Liga Endesa, todavía fuera de los puestos de descenso tras la victoria balsámica lograda ante el UCAM Murcia en la anterior jornada.

El Obradoiro arrancó con fuerza y apenas superado el ecuador del primer cuarto ya ganaba por diez puntos (14-4) de la mano del alero griego Kostas Vasileiadis, autor de diez puntos en este parcial.

El Breogán recorto distancias en el marcador, pero un error en la defensa de la última jugada le concedió a Vasileadis la oportunidad de anotar tres tiros libres para cerrar el primer cuarto con 21-9. Mejoraron las visitantes en la salida del segundo parcial, pero el Obradoiro no cedió el mando (33-29).

Tras la reanudación regresó como un vendaval a pista Kostas Vasileiadis, que con ocho puntos consecutivos y una asistencia desafió la resistencia del equipo visitante, capaz, sin embargo, de resistir. Un lanzamiento que no encontró el aro de Löfberg cerró un tercer cuarto de gran producción anotadora y con 59-50 en el marcador.

En el tramo final el Obradoiro comenzó a temblar ante la imposibilidad para cerrar el partido, mientras que el Breogán amenazó con lograr la machada (73-71).

En la siguiente acción, Pozas marró un triple y, en la réplica, un poderoso mate de Brown igualó el partido (73-73).

El encargado de apagar los arrestos visitantes fue Andreas Obst, que con un virtuoso reverso en penetración logró colocar al Obradoiro con una exigua ventaja (75-73) a tan solo ocho segundos de la conclusión. Cvetkovic dudó en la última jugada y, tras múltiples trompicones, un lanzamiento forzado desde más de siete metros de distancia no logró alcanzar el aro obradorisita y condenó a su equipo a la derrota.