Arthur Melo fue la gran apuesta de Ernesto Valverde para el clásico del Santiago Bernabéu y la entrada del centrocampista brasileño aportó una versión de toque menos vistosa que la de hace unos días en Copa del Rey pero que sí ayudó a mejorar el control del juego azulgrana.

Tras superar una lesión en un sóleo que se produjo el 6 de febrero, Arthur reapareció precisamente frente al Real Madrid hace solo tres días al disputar los últimos cuatro minutos en el Santiago Bernabéu.

El partido, pese a la victoria y clasificación para la final de la Copa, no le dejó del todo convencido al entrenador azulgrana, Ernesto Valverde, que dijo que a su equipo le había faltado controlar más el balón. En busca de mayor posesión y un mejor control del juego, Valverde modificó su once respecto a la Copa y para la Liga apostó por el brasileño para formar en la medular junto a Busquets y Rakitic.

De Arthur se esperaban pases verticales buscando las espaldas de los jugadores madridistas y, aunque no fue suyo, así nació el primer gol del partido. Sergi Roberto asistió a Rakitic a la espalda de Sergio Ramos y el croata, que ganó en la carrera al sevillano, culminó la jugada con un disparo cruzado por encima de Courtouis.

El brasileño, que parece haberse ganado a la hinchada azulgrana por su estilo de juego y forma de ser fuera del terreno de juego, se alió con Rakitic y Busquets en el centro del campo y entre los tres tejieron una maraña de toque que en algunas fases destapó las carencias de su rival.

La inactividad le acabó pasando factura y mediada la segunda parte, cuando se estaba desconectando físicamente, fue sustituido por Arturo Vidal.

La presencia de Arthur en el centro del campo provocó otro cambio en el once al retrasar Sergi Roberto su posición al lateral en lugar del portugués Nelson Semedo.

El canterano, experto en cuajar buenas actuaciones en el Santiago Bernabéu, lució menos que en otras ocasiones aunque realizó un buen partido. Le tocó lidiar con el brasileño Vinicius, al que le costó frenar en algunas ocasiones pero del que salió airoso en su particular duelo.

En los minutos finales, con el Real Madrid a la desesperada buscando el gol del empate por todos los medios, salió la versión menos vistosa del Barcelona, pero también la más efectiva. Se dedicó a contener en el centro del campo, defendió con oficio y a la contra intentó matar el choque, pero no estuvo acertado en los metros decisivos.