El Santiago Bernabéu acoge tres días después un nuevo clásico del fútbol español, sintiendo aún el dolor de la eliminación de Copa del Rey, con un Real Madrid obligado a levantarse para no despedirse de una nueva competición ante un Barcelona acostumbrado a exhibirse en Madrid.

El golpe fue duro de encajar para el madridismo. Un Real Madrid superior en juego en la eliminatoria se quedó a puertas de la final de Copa. Su falta de gol le condenó en el primer clásico de la sesión continua y está obligado a corregirla si no quiere decir adiós a la segunda de tres competiciones en 72 horas. Y a puertas de una competición a la que vuelve a jugarse el todo o nada, la Liga de Campeones.

Pero este curso es poco fiable. Con el mayor número de derrotas de la última década a estas alturas -doce- superando ya las totales de los últimos cursos con siete de ellas en Liga que le convirtieron en vulnerable. Reengancharse a LaLiga o despedirse de ella. Y para esa batalla tiene dudas Santiago Solari. Con su crédito rebajándose, debe decidir a qué dar prioridad, ir con todo en el clásico y poder pagarlo ante el Ajax en 'Champions' o medir esfuerzos de jugadores claves y meter rotaciones.

Es segura la vuelta a la portería de Courtois, tras un clásico doloroso para Keylor Navas, que recibió tres goles en dos disparos a puerta del Barcelona en juego más el penalti. En la zaga todo apunta a que Varane forzará. La ausencia de Nacho por sanción le obliga. Además, Sergio Ramos es duda. Vallejo no tiene ritmo de partidos tras jugar dos en toda la temporada y sería Casemiro el que retrasaría su posición si la rodilla izquierda de Varane, magullada y con heridas al intentar salvar el segundo tanto en el clásico copero, no responde bien.

Las rotaciones pasarían por la entrada de Odriozola y Marcelo en los laterales. Para el brasileño es un gran examen desde su condición de suplente habitual y tras ver el gran nivel de Reguilón. Este Real Madrid necesita recuperar la mejor imagen de referentes como Marcelo, Bale, Marco Asensio e incluso Isco, que ya parece sentenciado.

El Barcelona tiene una gran oportunidad para asestar un golpe definitivo al Real Madrid en LaLiga. Llega a la vigésima sexta jornada con siete puntos de ventaja sobre el segundo, el Atlético de Madrid, y nueve respecto al conjunto madridista, lo que una victoria de los de Ernesto Valverde eliminaría a uno de sus dos rivales por el título.

Sin embargo, y pese al gran balance del Barça en el Bernabéu en los últimos quince años (12 victorias en los últimos 22 partidos, 47 goles a favor, 33 en contra), es complicado que la historia se repita 72 horas después. La realidad es que en el partido de Copa, los azulgranas no estuvieron bien y decidieron con más goles que fútbol en la segunda mitad.

En LaLiga el escenario es otro, porque el Barcelona no está obligado a marcar como en la Copa y, en el peor de los casos, un empate le podría servir para su objetivo. En cuanto al once de Valverde, el técnico se podría plantear hasta tres variaciones, una en cada línea.

Umtiti se perfila como novedad en el lugar de Lenglet como acompañante de Piqué; Arthur, que ya tuvo unos minutos el miércoles, parece que tiene un puesto fijo en la media. En ataque, Leo Messi buscará el brillo que no tuvo el miércoles y Luis Suárez repetir los goles decisivos tras su doblete. El tercer hombre tendría que ser Dembélé, si es que está recuperado de sus problemas físicos.