Hacía unas horas que había quedado cuarta en la Copa CAMTRI de La Habana y ayer, a las siete de la mañana, Iria Rodríguez Huertas (Vigo, 1999) ya se preparaba para salir a correr. Metódica, perfeccionista, inconformista. Así es la nueva perla del triatlón gallego, que está dejando de ser una promesa para convertirse, poco a poco, en un firme valor de futuro.

Pese a su cuarto puesto en la cita cubana, Iria Rodríguez analizaba la prueba con optimismo, pero con los pies en la tierra. "Yo no diría que ha sido un debut excelente en la distancia olímpica, pero sí que estoy satisfecha por la forma en la que he respondido en mi primera competición del año siendo, además, mi primera toma de contacto con la distancia", dice desde La Habana.

Iria Rodríguez estuvo en la lucha por el podio hasta los últimos kilómetros, en los que fue superada por la coreana Jang. Es quizá en este segmento en el que se muestra más crítica. "Con la carrera a pie quizá no estoy del todo satisfecha; llegué con buenas sensaciones, intenté seguir a las primeras pero su ritmo fue un poco más rápido que el mío en ese momento. Seguí a mi ritmo algo más tranquila. Para mí fue la primera carrera de 10 kilómetros en competición. Nunca había corrido una distancia tan larga; sólo se acercan los 9 kilómetros del Campeonato Gallego de cross, también este año", apunta.

Su presencia en La Habana obedece a varios factores. El primero, para posicionarse mejor en el ránking mundial. "Ahora que soy sub 23 me tengo que medir con la categoría élite. El año pasado como júnior no me salieron del todo bien los intentos que tuve. Estoy bastante ansiosa por encontrar mi lugar a nivel élite nacional y, desde ahí, seguir mejorando".

También se animó la viguesa, que vive en Tomiño desde 2003, a probar suerte en 'las Américas' para evaluar su estado de forma y coger ritmo de competición antes de la Copa de Europa de Huelva, del próximo 24 de marzo. "Necesitaba hacer un 'olímpico' (competición en distancia olímpica) antes de la cita de Huelva. Cruzar el Atlántico fue una idea emocionante para un arranque de temporada. Y ya aprovechando que había otra prueba en Costa Rica una semana después de la cita de Cuba, no costaba nada venirse hasta aquí", indica.

Su actuación en La Habana le ha ayudado mucho para "saber algo mejor en el momento de forma que estoy. Sin duda tengo ganas de verme en la competición sabiendo que la distancia a recorrer será la mitad de la última competición; será una buena motivación aunque no me encuentre tan rápida, aunque ya lo comprobaré al competir", indica.

Así que Iria Rodríguez da el estirón. Este año competirá en la categoría sub 23 "por fin". "Tenía ganas de ser absoluta para poder medirme con las demás triatletas. El nivel de exigencia lo marca un poco el paso a la distancia olímpica también; irá en progresión, pero no tengo por qué conseguirlo todo este año", apunta la viguesa, que sin embargo no oculta sus sueños para el futuro: ir a unos Juegos Olímpicos. "Aunque en los Juegos normalmente el nivel de competición en comparación con los Mundiales sea menor, no deja de ser el mayor evento deportivo a celebrar". Pero no tiene prisa. "Quizás estos Juegos de 2020 me queden algo justos pero de aquí a unos años pueden pasar muchas cosas", dice. "Si alguien tiene que ir a Tokio que sea mi hermano (el piragüista Roi Rodríguez), que se quedó a las puertas de Río. Yo tengo que seguir trabajando y ya veremos dónde acabo".

Iria Rodríguez posee, según su padre José Antonio Rodríguez, "un talento innato", que se une a su capacidad de trabajo. "En algunas ocasiones se exige más de lo que debería, pero supongo que encontrar el equilibrio entre la autoexigencia y la adaptación a las circunstancias también forma parte del aprendizaje". Hace años Iria Rodríguez acumulaba títulos en natación, atletismo y triatlón en categorías inferiores. Hoy en día trata de hacerse un hueco en triatlón, aunque siempre tratará de "complementar su temporada con alguna que otra competición específica de cada deporte", comenta. "Sigue siendo parte de lo que soy y mientras pueda lo seguiré haciendo".

La minigira por Sudamérica es un ejercicio de madurez para Iria Rodríguez. Su entrenador, Omar González, no pudo desplazarse con ella. "Él tiene que seguir en Pontevedra para dirigir el grupo de entrenamiento, pero esa era otra de las ventajas a nivel de experiencia que tenía este viaje. Lo estoy haciendo sola. Está otra gallega también, Inés Castaño, pero no organizamos el viaje juntas, aunque al fin y al cabo nos vemos igual. En lo que llevo de tiempo en el otro lado del charco ya he conocido a muchos otros triatletas y ese es otro punto a favor de esta experiencia". Iria Rodríguez está lista para dar el estirón.