La tenista Carla del Barrio (Vigo, 2001) pasará a partir de este verano a engrosar la nómina de deportistas gallegos que deciden irse a cursar sus estudios universitarios a Estados Unidos con una beca deportiva. VT Sports Management, agencia en la que Hugo Taracido es uno de los socios fundadores, ha guiado los pasos de la jugadora del Club de Tenis Pontevedra, que ha elegido la prestigiosa Universidad de Nevada, casa del legendario André Agassi, para luchar por su sueño de llegar a ser una tenista profesional.

Además de cursar sus estudios universitarios (duda entre Periodismo o Biotecnología), Del Barrio pasará a integrar el equipo de tenis femenino, conocido como "Wolf Pack". Hace unas semanas viajó hasta Nevada para conocer de primera mano las instalaciones y el funcionamiento del centro en el que vivirá y se formará los próximos años.

"Me encanta la universidad, es todo nuevo y cuando fui a la visita todas las niñas del equipo me parecieron increíbles y muy majas, además de que hay mucha diversidad cultural en el equipo y eso me parece genial", dice la viguesa, que añade que "el proyecto que tiene el entrenador me parece muy bueno y el nivel del equipo es genial para poder mejorar", comenta.

Con diez años empezó a jugar al tenis en las pistas de Samil. Ella quería hacer fútbol, pero su madre no compartía su idea, así que la apuntó en tenis porque "las pistas están al lado de mi casa", señala rememorando sus inicios deportivos. Enseguida se aficionó a la raqueta y aunque le sigue gustando el fútbol, no tiene nada que objetar a la decisión de su madre. "Me empezó a gustar mucho", dice. Y empezaron a llegar los buenos resultados tanto en la categoría júnior como en la absoluta. En noviembre de 2018 alcanzó su mejor posición en el ránking nacional absoluto con un 47º puesto, séptimo en su categoría.

Dado su nivel, fueron muchas las universidades que mostraron interés en Carla del Barrio, pero la viguesa se decantó por Nevada, donde ha logrado una beca completa para estudiar mientras sigue progresando en su carrera como tenista. "Decidí irme a Estados Unidos porque básicamente aquí no podía competir y estudiar una carrera. Me gustaría ser jugadora profesional y si quiero eso tengo que entrenar mucho y gracias a esta beca es posible", resume.

A medida que se eleva el nivel de exigencia, empiezan los viajes y las competiciones internacionales, algo que "sus padres "no podrían permitirse". "Y allí viajamos cada fin de semana a un sitio diferente y me lo pagan todo, y puedo competir con niñas de un nivel muy alto", analiza.

La presencia de la assistant coach barcelonesa Claudia Hierro en la Universidad de Nevada la ayudó también a deshojar la margarita entre todas las opciones que manejaba. "A principios de febrero fui allí una semana y vi toda las instalaciones y cómo era un día allí y cómo se organizaban las niñas", relata. "Claudia Hierro, que es como una segunda entrenadora, me cayó muy bien y me ayudó mucho", subraya. El head coach Guillaume Tonelli también le transmitió "una enorme confianza" para mejorar su tenis.

"El equipo de Nevada juega en la División I y tiene un gran nivel ya que compite con las universidades de California, que son lo mejor de Estados Unidos. Es una universidad muy competitiva y este año lleva cinco victorias en siete partidos, con un gran proyecto de futuro de luchar por ganar la conferencia", analiza.

Tampoco se olvida Carla del Barrio de sus inicios, ni de su club, el Club de Tenis Pontevedra, donde lleva ya cuatro años: "Tengo mucho que agradecerles porque son los que me han ayudado a crecer, sobre todo Tozé Pinto". La viguesa resalta su figura porque "es el que me acompaña a todos lados, con el que más me entreno y es como un segundo padre para mí. Me ha enseñado tenis pero también valores", asegura.

Tampoco se olvida de las facilidades que le ha dado hasta ahora su colegio, el Marcote, para cuadrar sus torneos con las clases, así como el apoyo de firmas como Carlos Miguel o Wilson.

Después de dos años preparándose, por fin el próximo verano podrá empezar a cumplir su sueño gracias a un gran esfuerzo y sacrificio para superar las exigentes pruebas que se requieren para alcanzar una de estas becas deportivas. "Es muy difícil", reconoce la viguesa, que apunta que "aún me falta una prueba, de la que me examino a finales de marzo". Pero ya puede ir haciendo la maleta porque Nevada ya la espera en agosto.