El Val Miñor continúa sumido en una profunda crisis de resultados, con un balance de uno de los veintiún últimos puntos disputados, lo que se traduce en que en estos momentos está empatado a puntos con el último equipo que cierra la lista de descenso de categoría, al que le gana el golaverage.

Los de Nigrán sabían lo mucho que se jugaban en este partido, ante un equipo que está en plena remontada y que ha pasado de estar desahuciado a tener la salvación en la palma de la mano. El partido fue igualado, como cabía de esperar, aunque los jugadores locales estaba un paso por delante en lo que a control del esférico se refería. El equipo estaba muy centrado, intenso, defendiendo bien y apretando.

Falta de pegada

Pero el buen hacer de los jugadores locales no tenía correspondencia en el juego ofensivo, padeciendo una semana más un serio problema de cara al gol. El equipo generó varias ocasiones, pero no ean capaces de aprovecharlar, y está claro que cuando no marcas es muy difícil ganar partidos, que es lo que en estos momentos necesita el Val Miñor.

Ayer dispusieron de varias ocasiones, alguna de ellas en las que únicamente se necesitaba empujarla, pero el balón no quiso entrar. El Pontevedra seguía esperando en su área para recuperar el balón y salir con velocidad.

El paso por el vestuario no cambió demasiado las cosas. El Val Miñor trataba de seguir dominando el partido y aprovechar alguna de las ocasiones que se le presentaba, pero quien la rentabilizó al máximo fue el conjunto granate, que se adelantaba en el marcador a media hora para el final. El Val Miñor apretó buscando la igualada, pero una vez más fallaron demasiado.