Punto importante el logrado en la tarde de ayer por el Coruxo, que jornada tras jornada se acerca un poco más a su ansiada certificación de la permanencia en la categoría. Los de O Vao, además, acumulan cinco jornadas consecutivas sin perder un partido.

Coruxo y Fuenlabrada ofrecieron un buen espectáculo sobre el césped de O Vao. Los vigueses fueron los que tomaron las riendas del encuentro desde el primer momento y pudieron sentenciar el choque si Antón, a los seis minutos, y Mateo, cerca de la media hora, hubieran aprovechado el mano a mano que tuvieron delante de Niel Ribas, que salvó a los madrileños.

Al Fuenlabrada le costó estirarse con la presión que los vigueses ejercían en el centro del campo y apenas creaban peligro. Pero a la media hora de juego, Cedric le ganó la espalda a los defensas y no falló ante la salida de Alberto. El tanto descolocó al equipo vigués, que a partir de ese momento no fue capaz de centrar su juego. Juampa lo intenta con un disparo desde lejos, pero el balón sale excesivamente alto.

Pero en la última jugada del primer tiempo, Manu Justo recibe el balón en el área y, cuando intenta avanzar, es derribado por Sotillos. Fue el árbitro auxiliar quien le indicó al colegiado la infracción, que señaló en punto de penalti.

En la segunda parte el Coruxo quiso llevar el mando del encuentro. La peor noticia llegaba a veinte minutos para la conclusión, cuando Mateo Míguez abandona el terreno acusando molestias. Marcos Montes, técnico ayer del Coruxo, vuelve a apostar por un juego ofensivo con la entrada de Silva en el campo.

Sin embargo, a medida que se acerca el final del encuentro, los vigueses van cediendo un poco de terreno, dando por bueno el punto conseguido ante el líder del grupo.