- ¿Cuáles son las primeras sensaciones tras acordar este punto y final a una etapa de 32 años en la Federación Gallega, 12 como delegado vigués?

- De agradecimiento sobre todo. El fútbol me ha dado la oportunidad de conocer a muy buena gente y me deja muy buenos recuerdos. El fútbol es como es, cada uno tira por su club y desde la federación la labor es aglutinar. Me he encontrado como pez en el agua. Siempre he tenido mano izquierdo. Estoy contento de haber hecho una labor que creo que ha sido buena para el fútbol vigués.

- ¿Qué encontró y que deja?

- Nos tocó la época de cambio, pasar del lápiz, la goma y la máquina de escribir a manejar el ordenador. Aquella era una carga de trabajo impresionante. Hoy ni se utiliza papel.

- A nadie se le oculta que usted apostó por Gustavo Falque en las últimas elecciones a la presidencia, en las que salió reelegido Rafael Louzán.

- Yo aposté por otra forma de federación, por otro funcionamiento, que entendía que era el mejor camino. Al parecer me equivoqué. Los clubes no captaron ese mensaje. Fueron mayoritariamente al otro lado.

- ¿Le dolió a nivel personal que los clubes no respaldasen su postura (Louzán logró los 16 puestos en la asamblea)?

- Al hacerlo bien, con la dedicación y cariño que ponía en mi trabajo, claro que esperaba otra respuesta por parte de los clubes. Pero por otro lado los clubes son soberanos. Cada presidente, tanto a nivel personal como de club, puede tener otras ideas y estar más a gusto con otra forma de actuar.

- Su marcha se produce oficialmente de mutuo acuerdo y hoy se le dedicará un acto de reconocimiento en la sede de la delegación.

- Siempre es bonito que al menos se acuerden de uno, pero no el día del homenaje sino después. Quieres dejar buen sabor de boca y poder marcharte a casa con la conciencia tranquila de que has hecho todo lo posible por el fútbol de Vigo. Y yo me voy con la conciencia tranquilita.

- ¿Cómo ha sido la reacción al anuncio de su marcha?

- Estoy recibiendo muchas muestras de cariño y agradecimiento. A lo mejor se merecen pero creo que se está exagerando, no era para tanto. Porque mi labor era de entrega y trabajo, de atención. No dejo ningún enemigo en mi marcha.