El Pontevedra no pudo puntuar en su visita a Valladolid, en un partido intenso que se le puso en contra muy pronto con el gol de Miguel en el minuto 4. Luego, hubo ocasiones para ambos equipos, aunque ninguno de los dos consiguió volver a mover el luminoso.

Un fallo defensivo de los dos centrales granates propició que el partido se pusiera pronto con 1-0 en el marcador. Ni Campillo ni Adrián León fueron capaces de atajar un balón que era suyo, lo que aprovechó Miguel, con un tiro raso, para batir a Edu Sousa y establecer el 1-0 que a la postre resultaría definitivo. Al rebufo de este gol, los locales recibieron una inyección de ánimo y a punto estuvieron de aumentar las diferencias. El gol dejó tocados a los granates hasta que lograron nuevamente asentarse y empezaron a crear peligro en jugadas a balón parado.

En la reanudación el Pontevedra intentó tomar las riendas del encuentro y comenzó a generar ocasiones ante un rival que buscaba sentenciar al contragolpe. Pero sin duda la mejor oportunidad llegaba a falta de un cuarto de hora para el final. Pibe se hacía con el balón, encuentra el camino libre, se interna y dispara. Samu repelió el balón y cuando parecía que el rechace lo iba a aprovechar Arruabarrena a puerta vacía, finalmente no alcanza a golpear el esférico.