A falta de VAR, las imágenes del que hubiese significado el tanto del empate local entre el Valladares y el Sárdoma (2-2) a tres minutos del final apoyan, según el club anfitrión, que la decisión de anularlo tomada por el árbitro vigués carece de lógica.

El Valladares botaba un saque de esquina, la portera sardomista despejaba en corto y el cuero le caía a una jugadora blanquiazul en el palo izquierdo de la meta defendida por el Sárdoma. Melé, un mar de piernas y balón a media altura para que Marta Carballo, de zurda, marcase. Ni Sara Alonso llegaba al balón ni a tapar el golpeo, como se aprecia en las fotos, y tampoco Ainoa Galarza y Paula Monteaguado, que cerraban el centro de la portería, eran capaces de rechazar la trayectoria del cuero. Gol. Sus compañeras perseguían a Carballo para celebrar el tanto? Pero el árbitro lo anulaba. La serie de fotogramas, tomada por un espectador, no muestran una sola irregularidad.

Ya con 0-0 Quintairos tampoco concedió otro tanto al conjunto anfitrión, pero de esa jugada no consta testimonio gráfico. La anulación del que debería haber sido el 2-2 acabó con la paciencia del Valladares. Gabi Couñago, entrenador local, protestó la decisión al ver que el árbitro asistente corría hacia el centro del campo dando por válido el tanto, mientras Quintairos levantaba el brazo izquierdo desestimando la acción. Con Couñago próximo al línea, Quintairos Rial se acercó a la banda y expulsó al técnico y no consultó a su línea sobre la jugada. Según refleja el acta, el preparador del Valladares protestó "de forma airada y a voz en grito" lo siguiente: "¡Pero si dio gol! ¡Cómo puedes pitar fuera de juego!".

La recriminación derivó en la expulsión del técnico y de una jugadora del banquillo (por menosprecio al colegiado) en el minuto 88. A Couñago le costó su protesta la amarilla primero y la roja después. Quintairos escribió en el acta que la anulación no fue solo cosa suya ("protestaba de forma reiterada, tanto a mí como a mi asistente número 1, nuestra decisión de haber anulado un gol a su equipo"), aseveración que según el Valladares no coincide con el comportamiento inicial del árbitro ayudante dirigiéndose hacia el centro del campo. Quintairos Rial, por el contrario, no recogió en el acta el visible enfado de la capitana del Valladares, Ana Iglesias, que se le quejó por su arbitraje una vez concluido el encuentro.

En A Gándara, en el primer derbi vigués de la historia del campeonato nacional, no hubo VAR. Pero sí fotografías.