El final de la temporada pasada dejó muy marcado al Coruxo. Aquel play out de permanencia ante el Mérida marcó un antes y un después en la trayectoria del equipo en la categoría de bronce del fútbol nacional. Es por ello que desde que comenzó la temporada, tanto en el cuerpo técnico como en la plantilla, únicamente se habla de la permanencia. Sin embargo, tras la victoria de ayer ante el Inter, ese discurso comienza a quedarse desfasado y en lugar de ver hacia abajo las cabezas comienzan a girarse para ver hacia arriba.

No obstante, el partido de ayer marcó lo que va a ser el futuro del Coruxo hasta final de temporada, sufrimiento. Y es que el de ayer no fue un buen partido, teniendo que aparecer el capitán en el momento clave del partido. Antón sacó de forma magistral una falta ante la que nada pudo hacer André. Un gol para desatascar un partido que estaba demasiado embarullado.

A pesar de las bajas que el mercado invernal provocó en el Internacional de Boadilla, el equipo madrileño se muestra como un equipo conjuntado, con un centro del campo que acumula muchos jugadores, lo que provoca que el rival tenga muchos problemas para mover el esférico y encontrar huecos por los que crearle problemas a André. No obstante, el partido pudo haber sido totalmente diferente, si a los diez minutos hubiera entrado una perfecto remate de cabeza de Jacobo Trigo, tras un saque de esquina de Antón de Vicente, que André sacó de forma espectacular.

Parecía un partido entretenido, pero la realidad fue otra diferente. Los vigueses tenían problemas para manejar el centro del campo, a pesar de acumular muchos efectivos. Los madrileños, por su parte, se encontraban cómodos con ese dibujo, y confiaban sus posibilidades con un robo y una contra que, por fortuna para los vigueses, no llegó.

El juego se desarrollaba en el centro del campo, y el peligro llegaba en disparos desde lejos que no ponían en demasiados apuros a ninguno de los dos guardameta, Alberto y André.

El Coruxo salió con otro aire tras el paso por el vestuario. Jacobo Montes corrigió los movimientos y no tardó demasiado tiempo en introducir el primer cambio, con la entrada de Silva. El técnico modificó el dibujo, pasando a Manu Justo a la banda, Mateo al centro y Samanes en el otro lado. Pero tuvo que ser en una jugada a balón parado la que resolviera el encuentro. Antón mimó el balón y este pasó por encima de la barrera sin que André pudiera hacer algo por evitar el gol.

El técnico madrileño reaccionó dejando una defensa con tres centrales, cargando el juego por las bandas. El partido, en ese momento, se rompió, pues el Inter daba muchas facilidades en defensa al tratar de buscar la igualada. Los vigueses pudieron sentenciar el encuentro, con varias contras que Silva y Thaylor no fueron capaces de aprovechar.

Los jugadores del Coruxo eran conocedores de la importancia de los tres puntos en juego, e instintivamente el equipo fue retrasando líneas tratando de guardar lo que tanto le había costado ganar. Esa circunstancia fue aprovechada por el conjunto madrileño para presionar y llegar al área que defendía Alberto, pero su hay una línea que ha mejorado en lo que llevamos de temporada es la defensa, que ha encajado dos goles en los últimos cinco partidos disputados por los vigueses.

La mejor ocasión para el Internacional fue en el tiempo de descuento, cuando Tello estrelló el balón en el lateral de la red. El partido agonizaba y el Coruxo lograba salvar tres nuevos puntos que le permiten marcarse nuevos objetivos en la competición.