Manuel González Soto, eterno presidente del Balonmán Chapela, personaje capital en la historia del deporte gallego, falleció ayer a los 69 años de edad. Aunque todos en el mundillo conocían que sufría una grave enfermedad, el desenlace ha causado conmoción. "En la Federación Gallega estamos todos en shock", resume el mandatario federativo, Bruno López. Sus restos mortales serán velados en el Tanatorio Vigomemorial, donde mañana (16.00) se procederá a su incineración.

El Balonmán Chapela no se puede concebir sin la figura de Soto, presente desde la fundación del club en 1967, en todo tipo de funciones: jugador, entrenador y al fin presidente durante más de dos décadas. Soto, que en su juventud alternaba el fútbol y el balonmano, llegó a militar en División de Honor en las filas del Teucro. Pero también alcanzó la máxima categoría, ya como dirigente, con el club de su alma, en uno de los grandes milagros del deporte español. Su Chapela compitió con los grandes entre 1996 y 2000.

Soto disfrutó y a la vez sufrió aquellas glorias, que en gran medida costeó. Comentan sus íntimos que nunca recuperó todo el dinero que le prestó a la entidad. El mandatario, propietario de una empresa de seguros, siguió firme en el timón cuando hubo que reconfigurar el proyecto deportivo. El Chapela, en cuya presidencia se ha mantenido hasta su ocaso, ha sido ejemplo de entidad seria tanto con el primer equipo, en Primera Nacional y Honor Plata, como con la cantera.

Además "Soto fue uno de los primeros presidentes en apostar por el balonmano femenino, de los que más peleó por él. Una de sus grandes preocupaciones era mantener el equipo en Plata y ahí está, peleando", advierte Bruno López, director deportivo de la Federación Gallega durante los últimos años y su nuevo presidente desde diciembre. "Desde pequeñito he visto a Soto al mando del Chapela. Es una persona que yo tenía como referencia en el balonmano gallego. Todo el mundo lo admiraba. Solo puedo decir mil cosas buenas de él. Perdemos mucho", se lamenta.

Y no es que siempre coincidiesen en sus postulados. "Teníamos diferentes opiniones en muchas cosas", admite López, que añade: "Pero él siempre intentó sumar; participó en todo y siempre colaboró con la federación". Valora de su gestión que "siempre fue muy consciente de la situación en que podía estar el club".

"De Soto tendría que hablar José Luis. Tenían una relación muy íntima", matiza Bruno López. Se refiere a su predecesor, José Luis Pérez Ouro, presidente de la Federación Gallega durante doce años; Soto fue uno de sus principales sostenes, al punto que su relación trascendió lo institucional. "Es un amigo", establece Ouro, todavía resistiéndose a cambiar el tiempo verbal. "No tengo muchos, pero Manolo Soto era de mis amigos de verdad. Yo aprendí mucho con Manolo. Él siempre estaba ahí para la federación. Su colaboración fue exquisita".

"Lo dio todo por el balonmano, él y su familia", relata Ouro, que conoce al detalle los desvelos de ese hogar por el Balonmán Chapela. "Su mujer era la secretaria, hacía todas las licencias, se encargaba de la ropa... Se dejaron su dinero y su salud. El balonmano nunca podrá pagar todo lo que han aportado".

También elogia cómo Soto encaró cada etapa de la entidad. "Él sabía muy bien dónde estaba. Era una persona honrada, fiel. Defendía a su Chapela, pero también miraba por el resto del balonmano. Ahora, a ayudar a la gente que queda; es lo que toca", se resigna con tristeza.

Soto, personalidad de peso en Chapela y alrededores, se ha ido sabiéndose admirado y respetado. El pleno del Concello de Redondela aprobó en noviembre que el pabellón chapeleiro lleve su nombre, aunque no ha dado tiempo a oficiar el bautizo en vida de él. La Xunta de Galicia, por su parte, lo había distinguido con su medalla del Mérito Deportivo y ayer transmitió sus condolencias a toda la familia y amigos del fallecido, así como a los vecinos de Redondela, especialmente de la parroquia de Chapela. El secretario xeral para o Deporte, José Ramón Lete Lasa, ha elogiado su labor como "jugador, entrenador, directivo y presidente. Su trabajo en favor del deporte y del balonmano gallego será siempre recordado por todos y por todas. El legado que Manuel nos deja es inmenso".