La selección española de balonmano certificó su clasificación para la segunda fase del Mundial de Alemania y Dinamarca con, al menos, dos puntos en su casillero, tras imponerse por 21-32 a Macedonia, en un duelo en el que España arrolló al conjunto macedonio con un espectacular arranque de segundo tiempo.

Una soberbia puesta en escena que en nada se pareció al de nuevo gris inicio de partido del equipo español, en el que ni estuvo acertado en defensa, superado por el ataque siete contra seis del cuadro macedonio, ni mucho menos en ataque, donde volvió a verse lastrado por una serie de fallidos lanzamientos. Si ante Baréin fue Mohamed Husain y ante Japón Akihito Kai los encargados de amargar a los "Hispanos" con sus paradas, ante Macedonia los jugadores españoles se estrellaron al principio con el portero Niloka Mitrevski.

Los continuos errores condenaron a España a encontrarse a los nueve minutos con una más que inquietante desventaja de tres tantos (5-2) en el marcador.

Pero ni aún así el conjunto español, que encontró por fin el camino al gol en la figura de pivote Julen Aginagalde, perdió la compostura, ni la confianza en su estilo de juego, pese a que Mitrevski y los palos siguieran negándole el gol.

En la mejoría defensiva tuvo un papel fundamental el portero Gonzalo Pérez de Vargas, que con sus intervenciones permitió a España desplegar, por fin, su veloz juego de contragolpe. Así, a la carrera España logró igualar (6-6) un tanteador en el que el conjunto español no logró ponerse por primera vez por delante hasta casi cumplido el minuto veinte (7-8), gracias a un gol de portería a portería.

La remontada se vio de nuevo cortada por los errores de lanzamiento, un problema del que careció Macedonia que siempre encontró en el temible brazo izquierdo de Kiril Lazarov. Circunstancias adversas que no impidieron, sin embargo, que España se marchase al descanso con ventaja (12-13).

Los "Hispanos" prolongaron su idilio con el gol en el arranque de la segunda mitad, en el que dinamitaron el encuentro con un contundente parcial de 0-5 en menos de tres minutos, que permitió a los de Jordi Ribera situarse con una diferencia de seis goles (12-18).

Si en la primera parte a España le costó un mundo concretar las ocasiones de gol, en la segundo no falló ninguno de los siete primeros lanzamientos que intento. Una efectividad incomprensible sin el espectacular trabajo defensivo desplegado por el equipo en el inicio del segundo período, en el que con dos robos consecutivos de balón y dos paradas de Gonzalo Pérez de Vargas obligó a Macedonia a renunciar al ataque siete contra seis.

Fue un adelanto de la rendición del conjunto balcánico, que izó públicamente la bandera blanca al retirar, apenas transcurridos cinco minutos de la segunda mitad, a su gran estrella Kiril Lazarov.

Consciente de la imposibilidad de remontar, el preparador macedonio, Raúl González ,decidió reservar a sus principales jugadores pensando en el duelo de hoy con Islandia, en el que los balcánicos se jugarán su pase.