El rally Dakar quedó ayer en manos del catarí Nasser Al-Attiyah (Toyota) en coches y dejó para la última etapa un apasionante mano a mano en motos entre el australiano Toby Price (KTM) y el chileno Pablo Quintanilla (Husqvarna), separados por un minuto y dos segundos.

Al-Attiyah se adjudicó la novena y penúltima etapa de este Dakar que se disputa íntegramente sobre el desierto de Perú y amplió aún más su ventaja gracias al abandono del francés Stéphane Peterhansel (Mini) y a los problemas que padeció con su coche el también francés Sébastien Loeb.

El catarí sumó su tercera victoria de etapa en este Dakar al ser el más rápido en los 313 kilómetros cronometrados de la jornada, cuya distancia era de 409 kilómetros, con punto de partida y llegada en Pisco, y con una salida masiva, con los coches saliendo en líneas de cuatro y las motos en líneas de diez.

Los 53 minutos de ventaja que tiene sobre el español Joan 'Nani' Roma, segundo en la clasificación general, hacen que Al-Attiyah sea el virtual ganador del Dakar en coches a menos que en los 112 kilómetros cronometrados de la etapa final de hoy sufra algún incidente.

El 'Señor Dakar', como se le conoce en Francia a Peterhansel por sus trece títulos (seis en moto y siete en coche), tuvo que tirar la toalla cuando un impacto del coche lesionó a su copiloto David Castera, que fue evacuado a un centro médico. Por su parte, Loeb, nueve veces campeón del mundo rallys, había hecho los mejores tiempos en cada sector de la etapa y estaba a punto de ganar su quinta en este Dakar, pero en la última parte su coche se detuvo en dos ocasiones y perdió mas de una hora.

Carlos Sainz tuvo un retraso de casi tres horas para salir a la etapa ya que sus mecánicos trabajaron a contrarreloj para solucionar los problemas que tuvo en la víspera, donde condujo 230 kilómetros sin dirección asistida.